Conciertos

La música aguanta las cancelaciones por la lluvia

Después del disgusto de la cancelación del viernes, los conciertos del escenario «Mediterránea-mente» regresaron el sábado con la única baja de Love of Lesbian, que por cuestiones de agenda no pudo tocar
Después del disgusto de la cancelación del viernes, los conciertos del escenario «Mediterránea-mente» regresaron el sábado con la única baja de Love of Lesbian, que por cuestiones de agenda no pudo tocarlarazon

Kiko Veneno, Sidonie, Lloyd Cole o El Niño de Elche sobrevivieron a cuatro días de música.

Para los conciertos, la lluvia queda muy bien en un entorno rural, con 100.000 jóvenes juntos sin tener ningún sitio donde escapar a 10 kilómetros a la redonda. Uno ve las imágenes de Glastonbury, los baños de barro, las celébrities con chubasquero, los paraguas rotos sirviendo de canoa y parece un anuncio de coca cola. Pero un concierto al aire libre, en una gran ciudad, si encima es gratuito, pues no hay mucho motivo en ir. Si haces el esfuerzo, y cuando llegas te enteras que se ha cancelado, entonces ya no sólo odioas la rubia, odias los conciertos para el resto de tu vida.

La lluvia del viernes fue un lastre que afectó a toda la Mercè y las cancelaciones de conciertos como los de Love of Lesbian, uno de los más esperados, Nakanty Kanté, Outer Space y Jordi Molina, no hizo más que expandir el mal humor. La circulación de público de otros años de escenario a escenario se redujo hasta extremos pírricos, pero ya se sabe, ni Colau puede hacer nada contra la lluvia.

El disgusto del viernes pudo subsanarse el sábado con la repesca de los conciertos cancelados del escenario «Mediterráneamente», en la playa del Bogatell. La rumba de Animal, los ritmos mestizos de Ramon Mirabet y el indie rockero y psicodélico de Sidonie, gritando sin rubor que son «el peor grupo del mundo», consigueron seducir a los más fieles. Mirabet versioneó «These boots are made for walking» de Nancy Sinatra y Animal «I want to break free», de Queen, confirmaron que, lo mejor para contentar a un público con la mosca tras la oreja es darle canciones que les sorprenda y guste oír.

Antes, y a lo largo de toda la ciudad, también se vivieron grandes momentos, como el regreso del ya veterano Sr. Chinarro o el trío australiano The Good Sax, cuyo líder es el hijo de Robert Foster, de The Go-Betweens. Aunque los mayores aplausos se los llevó Lloyde Cole, acompañado por su hijo, que repasó lo bueno y mejor de su ya dilatada trayectoria. Arrancó solo con «Rattlesnakes» y en seguida se vio que estaba de humor para abrirse a la intimidad del público.

El viernes, cuando la lluvia lo permitió, si que se pudo ver a, entre otros, Jeanne Added, con su pop electrónico de atmósferas oscuras o el mestizaje al piano de Bachar Mar Khalifé, uno de los conciertos más esperados de toda la programación musical de la Mercè y que no cumplió con las expectativas. El que sí triunfó fue el egipcio Islam Chipsy que hizo bailar a propios y extraños en el Moll de la Fusta.

Está claro que la Mercè, con lluvia, es menos Mercè, pero al menos no consiguió distersionar todas las jornadas. El jueves, por ejemplo, no hubo incidencias y, como siempre, El niño de Elche volvió a reivindicarse.