«La ola de la novela negra escandinava se ha acabado»

Con «Rosy & John», Pierre Lemaitre recupera al comandante Verhoeven, su personaje fetiche, un colérico y seductor detective de 1,45 centímetros de altura.

Una bomba explota en París y el autor del atentado es detenido. Sin embargo, el peligro no ha hecho más que comenzar. El perturbado ha escondido por toda la ciudad otras seis obuses, que amenazan con extender el caos y el horror por la capital francesa. Averiguar dónde están escondidos los artefactos será el trabajo contrarreloj del comandante Verhoeven, el último icono de la novela negra universal creada por el escritor Pierre Lemaitre.

– ¿Qué le hizo Verhoeven a usted para convertirlo en un hombre de 1,45 metros de altura, alejado de todos los detectives típicos de la novela negra?

– Desde luego no es George Clooney, pero sí que es un gran seductor. Hay muchos hombres feos cuyo carisma y magnetismo les hace muy seductores a las mujeres. Ese era el reto, que el lector acabara por enamorarse también del personaje.

– Por el éxito de crítica y lectores, parece que lo ha conseguido, pero ¿por qué hacerlo también colérico?

– Eso es una licencia mía para hacerlo parecido a mí. Soy muy colérico. Nací enfadado, pero como algo positivo porque a mí la cólera me hace vivir. Me hacía ilusión que el personaje tuviese algo de mi carácter.

– ¿Con «Rosy & John» cierra la trilogía protagonizada por Verhoeven?

– Sí, no creo que recupere al personaje. Prefiero tener a un lector frustrado que a uno aburrido. La verdad es que hay muchas series policiales con una novela más de la cuenta, como hay boxeadores con un combate de más. De momento, ni siquiera tengo ideas para escribir novela negra.

– En realidad, «Rosy & John» es la cuarta novela de lo que tenía que ser una trilogía.

– Ese es mi homenaje a Alejandro Dumas que escribió «Los tres mosqueteros» pero había cuatro. Adoro a Dumas, a Tolstoi a Proust, lectores que me han acompañado toda la vida y a los que me gusta homenajear en todas mis obras.

– ¿No tiene escritores de novela negra dentro de sus referentes?

– Claro, soy francés, adoro a Simenon. Creo que todos los escritores franceses tienen una gran deuda con Simenon. Además, adoro al escocés William McIlvanney, al que BCNegre rinde homenaje. Aunque he de decir que también tengo una gran deuda a la lengua española. Me encantan Javier Marías, Pérez Reverte, Muñoz Molina, Eduardo Mendoza, además de Alejo Carpentier o García Márquez.

– Después de los atentados de París de noviembre, la historia de la novela se ha quedado corta.

– Podría decir que soy una especie de visionario que sabía lo que iba a suceder, pero no es verdad. Lo cierto es que algo se mascaba en el ambiente. Luego entran tres hombres con ametralladoras y matan a 80 personas y poco se puede decir al respecto.

– ¿La realidad siempre supera a la ficción?

– Escribí una novela que hablaba de una empresa que secuestraba a sus propioos empleados para medir su reacción en situaciones de estrés. Cuando la publiqué, lo único que me decían es que algo así no era creíble, pero la historia estaba basada en hechos reales. La realidad es a veces un problema para los escritores.

– ¿La novela negra francesa, ahora en auge, ha sustituido a la escandinava?

– La ola nórdica se ha acabado. No digo que no sigan habiendo grandes escritores, pero su temática ya no responde tan bien al sentir de los tiempos. Hace 20 años vivíamos en una Europa deprimida, que la novela nórdica describía tan bien. Ahora hemos dejado la depresión y estamos en la época de la seguridad, no algo triste, sino más tenso, y en esto sí creo que la novela negra francesa está tomando el relevo.

– ¿Veremos pronto alguna adaptación cinematográfica de sus novelas?

– El cine y yo estábamos peleados, pero nos estamos reconciliando. De momento, ya se está preparando el rodaje de «Alex», una producción norteamericana, y la película del premio Goncourt, «Nos vemos allá arriba», película francesa, también se va a rodar.

– ¿Y a qué actor ve como Verhoeven?

– Sin duda a Peter Dinklage, Tyrion de «Juego de Tronos». Tiene una cara muy de novela negra. Cruzo los dedos, sería fantástico.