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Barcelona

La rumba catalana revive y reivindica ser patrimonio de la humanidad

Músicos y expertos impulsan hoy la candidatura de la rumba catalana como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, en un momento dulce para este género musical, con bandas jóvenes dispuestas a innovar y veteranos que vuelven a los escenarios para mantener vivo el legado de Peret.

Una banda novel llamada 9SON y un maestro como Peret Reyes han participado hoy en la jornada reivindicativa en favor del reconocimiento de la rumba catalana, que lideran la representación de la Comisión Europea en Barcelona, Semana de la Rumba Catalana y Escuela Superior de Música de Cataluña (SMUC).

Esta reivindicación llega en un buen momento para la rumba catalana, con muchas bandas jóvenes triunfando dentro y fuera de Cataluña con propuestas que parten de la rumba y buscan nuevo rumbos.

Como es el caso de Txarango, que acaba de conseguir dos discos de oro con sendos álbumes que no son propiamente de rumba catalana, pero están muy influenciados por esta música.

Mientras los jóvenes recogen sus primeros éxitos, pioneros de la rumba como Chacho vuelven a grabar discos después de muchos años de silencio.

Chacho, que junto a Peret y El Pescaílla es considerado uno de los padres de la rumba catalana, mantuvo un largo silencio discográfico desde 1977 hasta 2011, y acaba de grabar un nuevo elepé con Maruja Garrido y Lita Clavel.

"Un músico siempre es músico, y si ves que la música que tú haces pasa por un buen momento es normal que te pongas a grabar con la esperanza de que te saldrán conciertos", ha dicho a Efe el profesor de ESMUC, Ignasi Zamora, que ha recordado que también Rumba 3 acaba de volver a los estudios de grabación.

Carla Gordo, cantante de 9SON, cree que la muerte de Peret ha sido un revulsivo: "Los jóvenes nos hemos quedado huérfanos y nos alegra mucho ver subir al escenario al resto de nuestros mayores".

Los jóvenes comparten escenario con los mayores e incluso producen sus discos, como es el caso de Sicus Carbonell, de Sabor de Gracia, que ha producido el trabajo de Rumbacalí.

Pero reconocer la influencia de los maestros no significa imitarlos y la nueva hornada tiende a fusionar la rumba catalana con otros géneros.

Ai,ai,ai y Sabor de Gracia estarían entre los que más se acercan al estilo que Peret, El Pescaílla y Chacho instauraron en los cincuenta, aunque el último disco de Sabor de Gracia cuenta con colaboraciones tan dispares como Pep Sala, Steve Hogarth, Las Migas, Titot de Brams, Oscar Dalmau y Txarango.

Más mestizos son La Troba Kung Fu, que fusiona la rumba con la cumbia, 9SON, que la mezcla con ritmos latinos, pop, funk y ritmos africanos, y La Pegatina que tiende hacia el ska.

"Los géneros evolucionan -ha argumentado Ignasi Zamora-. La rumba catalana en los cuarenta y los cincueta era sólo guitarra, voz y percusión, y ahora se orquesta mucho más y cabe cualquier instrumento".

Puristas e innovadores tienen un mismo objetivo, según Zamora, "transmitir alegría. La rumba es un género festivo, que nació en las parrandas domésticas y en las tabernas".

"Tenemos la suerte de que es un tipo de música muy nuestro y muy genuino y a la vez muy comercial, cosa que lo hace muy exportable. Pero aun así hay que cuidarlo, y hasta ahora las instituciones no lo han cuidado mucho", según Carla Godó.

La rumba catalana tiene características propias, como la peculiar manera de tocar la guitarra conocida como el ventilador, pero es prima hermana de otras rumbas españolas.

Estas otras rumbas también están viviendo un resurgir parecido al de la rumba catalana y sus maestros ha vuelto a subir al escenario.

Muestra de ello es que Los Chichos están de gira y tocarán en La Sala Apolo de Barcelona el próximo 11 de abril.