Cataluña

La Semana Santa despide la crisis

La ocupación turística en Cataluña recupera las cifras de 2007 y anticipa otro récord en verano. Los catalanes también vuelven a viajar

La Costa Daurada, siempre atractiva por sus playas, ha recibido el empuje de Ferrariland
La Costa Daurada, siempre atractiva por sus playas, ha recibido el empuje de Ferrarilandlarazon

La ocupación turística en Cataluña recupera las cifras de 2007 y anticipa otro récord en verano. Los catalanes también vuelven a viajar.

Hacía diez años que la ocupación turística en Cataluña no rozaba las cifras que ha dejado esta Semana Santa. Y también hacía diez años que los catalanes no viajaban tanto como lo han hecho estas fiestas. Igual que el paro, que en los últimos doce meses ha remontado los peores años de la crisis y con 3.702.317 desempleados se sitúa ya en el nivel más bajo desde 2007, el turismo vuelve a flirtear con los números de la era de las vacas gordas. Cataluña se despide de estas cortas vacaciones con un 9 por ciento más de ocupación respecto a 2016, que según el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, se ha quedado a unas pocas décimas del 90 por ciento.

Los hoteleros dan las gracias al buen tiempo, al cambio del dólar al euro y a la recuperación económica. Aunque no haberse embriagado con las previsiones y haber contenido los precios, también a ha ayudado a lograr una ocupación turística de récord.

En provincias como en Lleida, además de colgar el cartel de completo en las 190 casas que forman parte de la federación de turismo rural, las visitas han dejado un impacto de 35 millones de euros entre el jueves y el lunes. Si bien se alcanzaron temperaturas veraniegas que dieron imágenes de playas en las que no cabía ni un alfiler, las nevadas tardías permitieron abrir a las pistas de esquí. En el Pirineo de Lleida, la ocupación fue del 85 por ciento, algo menos que en Girona, donde se rozó el cien por cien.

El empujón de Ferrariland

En las localidades costeras, la alegría de restauradores y hoteleros no fue menor. En la Costa Brava, la ocupación se situó por encima del 90 por ciento. En Roses, además aplaudieron la llegada del primero de los siete cruceros que atracarán en su puerto esta temporada. Más al sur, Joan Antoni Matas, del Gremio de Hostelería de Sitges, exclamaba que «ha sido un año de récord».

La apertura de Ferrariland animó a los hoteles de la provincia de Tarragona a anticipar su apertura. Más del 80 por ciento abrió las puertas, contaba Xavier Roig a Catalunya Ràdio, presidente de la Asociación Hotelera Salou-Cambrils. Tarragona acabó despidiéndose de la Semana Santa con un 85 por ciento de ocupación. Además de la atracción de Ferrariland, tres torneos de fútbol, dos de baloncesto y una competición de bailes de salón alegraron al sector hotelero.

Donde no dejan de batirse récords es en Barcelona. La capital catalana actúa con el turismo como Michael Phelps en la piscina, con la diferencia que corre el peligro de ahogarse. Mientras el Gremio de Hoteleros de Barcelona aplaudía que la ocupación esta Semana Santa, rozara el 90 por ciento, la turismofobia amenaza con acabar con la gallina de los huevos de oro. Hace apenas dos días, el Ayuntamiento de Barcelona daba a conocer el informe de la actividad turística de 2016, donde se advierte de que por primera vez los barceloneses que no quieren más turistas son mayoría. El porcentaje de ciudadanos que creen que en la ciudad ya no caben más turistas alcanza el 48,9 por ciento y supera a los que consideran que hay que seguir atrayendo a más visitantes, que suman el 47,5 por ciento. El debate está ya sobre la mesa del gobierno de Ada Colau.

Los catalanes viajan más

Mientras el Ayuntamiento de Barcelona estudia como gestionar el turismo, los hoteleros se frotan las manos con los datos que deja esta Semana Santa, unas cifras que ven como el preludio de una temporada de récord.

No sólo el sector hotelero y los restauradores han salido ganando esta Semana Santa. El presidente de la Asociación Catalana de Agencias de Viajes, Martí Sarrate, también dio cifras para dejar atrás la crisis económica. Los catalanes volvieron a viajar estos días de fiesta un 8 por ciento más que hace un año, sobre todo, a Londres y París. El aeropuerto de El Prat ha visto despegar 11.000 vuelos en los últimos once días. Sólo ayer despegaron 970 aviones.