Barcelona

Lanzan una aplicación en el móvil para policías lingüísticos

Plataforma per la Llengua quiere controlar el uso del catalán en todo tipo de establecimientos

Fermín Guerrero fue multado por no rotular en catalán
Fermín Guerrero fue multado por no rotular en catalánlarazon

Plataforma per la Llengua quiere controlar el uso del catalán en todo tipo de establecimientos.

La Plataforma per la Llengua, una suerte de ONG independentista, presentó ayer su nueva aplicación para móviles destinada a actuar como un instrumento para el control lingüístico del catalán en comercios, bares, restaurantes, hospitales. El objetivo es recoger información sobre qué establecimiento hacen un buen uso del catalán y cuáles no. Es la primera «app» que se puede instalar en este sentido.

La aplicación se llama «CatalApp» y ya se puede descargar. En ella, cualquier persona puede valorar y opinar sobre la atención oral, escrita y virtual en función del uso del catalán. El lema propuesto fue «poder vivir en 100 por cien en catalán».

La directora de Plataforma, Neus Mestres, remarcó que la aplicación permitirá clasificar en un ránquing los comercios que tienen más «responsabilidad lingüística, y los que tienen menos, y, según dijo, servirá «para velar por los derechos de los consumidores».

Mestres aprovechó la presentación de esta «app» para presentar algunos datos sobre la atención en catalán en los carteles de comercios y establecimientos. A su juicio, lo peor ocurre en las provincias de Barcelona y Tarragona, con un 56 y 55 por ciento, respectivamente, de «atención correcta». Por el contrario, en Lleida y Girona los porcentajes son del 85 y 83 por ciento.

Sostuvo que el catalán «tiene que estar más presente en el comercio», insistió en que se quiere mejorar el «déficit de información», y defender que se pueda conocer del catalán antes de acudir al establecimiento. «Si se puede saber si los lavabos de un hotel están limpios, también el uso del catalán en un comercio», dijo. La aplicación también se puede utilizar en la Comunidad Valenciana, en las Islas Baleares e incluso en L’Alguer, en la isla italiana de Cerdeña.

Falta por ver ahora la implicación de los comercios en este asunto. Según Mestres, «pueden adaptarse a esta situación». Previo registro, sin datos personales, la aplicación permite valorar con una gradación de emoticonos al establecimiento, y permite borrar comentarios ofensivos. Respecto a las polémicas multas lingüísticas, señaló que la misión no es multar por incumplir con el Código de Consumo, que establece que los comercios tengan como mínimo la información en catalán. Precisamente es el origen de las multas lingüísticas tan polémicas estos años.