Conflictos laborales

Las colas del aeropuerto alcanzan un nuevo récord de 90 minutos

Los pasajeros abarrotaron el vestíbulo y los laterales de la terminal 1 de El Prat para evitar pisar la calzada. La situación podría agravarse ante la huelga de taxis prevista para hoy.

Mientras Aena sigue sin querer mediar en el conflicto, los trabajadores de Eulen, la empresa encargada de los controles de seguridad, mantienen su huelga de celo a la espera de comenzar los paros oficiales la semana que viene
Mientras Aena sigue sin querer mediar en el conflicto, los trabajadores de Eulen, la empresa encargada de los controles de seguridad, mantienen su huelga de celo a la espera de comenzar los paros oficiales la semana que vienelarazon

Los pasajeros abarrotaron el vestíbulo y los laterales de la terminal 1 de El Prat para evitar pisar la calzada. La situación podría agravarse ante la huelga de taxis prevista para hoy.

Coger un vuelo en Barcelona durante la temporada a estival comienza a parecer un deporte de riesgo. Cuando no es Vueling, es el control de pasaportes. Y cuando parece que se han solucionado todos los problemas aparece uno nuevo. El resultado, sin embargo, es siempre el mismo y se traduce en exasperantes colas. Ayer, sin ir más lejos, y por tercer día consecutivo, las aglomeraciones se sucedieron en el aeropuerto, con el agravante, además, de que se alcanzó un nuevo récord en tiempos de espera. Según los pasajeros y los Mossos desplegados, las colas llegaron a ser de hora y media. Aena, no obstante, lo redujo a 50 minutos. En cualquier caso, la imagen de pasajeros esperando en los laterales de la terminal para evitar que las colas llegasen a la calle no tuvo desperdicio. Y todo ello con el añadido de que hoy hay huelga de taxis.

A primera hora, la espera para pasar el control era de unos 40 minutos y hacia las 8 de la mañana parecía que la situación se había normalizado. Fue pasadas las 10 horas cuando se desató el caos y los pasajeros empezaron a ocupar el vestíbulo central y, paulatinamente, los laterales. El desconcierto se adueñó de la Terminal ya que en apenas unos metros se mezclaban los pasajeros pendientes del control de seguridad con aquellos que querían facturar. De este modo, a mediodía, las colas ya eran de una hora y media.

Todo parece indicar que el origen de las colas radica en una huelga de celo por parte de los empleados de Eulen, la empresa encargada de los controles de seguridad. Aena, por ahora, ha rechazado la mediación de la Generalitat ya que, aseguran, se trata de un conflicto laboral dentro de la propia empresa. Aun así, señaló que trabaja «desde el primer momento y constantemente» para resolver las colas». Los trabajadores, que han convocado huelga indefinida todos los viernes, domingos y lunes a partir del 4 de agosto, atribuyen las aglomeraciones a la falta de personal, pero también se sospecha de una huelga de celo para presionar a Eulen, que guarda silencio.

En cualquier caso, esta situación provocó que decenas de pasajeros perdieran incluso su vuelo por las colas. Por lo que el nerviosismo se notaba en el ambiente. Algunos de ellos, previsores, se hacían selfis con el reloj de fondo para poder demostrar ante la compañía que habían llegado con antelación en caso de posteriores reclamaciones.

Los trabajadores de Eulen, encargados de realizar los controles de seguridad, continúan señalando que no se trata de una huelga de celo sino de falta de personal. Por ello, mantienen la exigencia hacia Aena, a la que reclaman que se siente a la mesa de negociación. Así lo señalaron después de la reunión mantenida el martes con su propia empresa.

El segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, señaló que «Aena debería intensificar el rigor» cuando otorga las concesiones porque sino, después, «nos encontramos con situaciones como las de estos días, con conflictos laborales».