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Las terrazas de plaza Cataluña se alzan contra la nueva ordenanza

La normativa podrían poner en riesgo a bares como el Zurich, cuya facturación depende en un 70 por ciento de las terrazas.

El emblemático Café Zurich sería uno de los máximos afectados de la nueva ordenanza de terrazas y pondría en riesgo su viabilidad.
El emblemático Café Zurich sería uno de los máximos afectados de la nueva ordenanza de terrazas y pondría en riesgo su viabilidad.larazon

La normativa podrían poner en riesgo a bares como el Zurich, cuya facturación depende en un 70 por ciento de las terrazas.

En el año que lleva en la alcaldía de Barcelona, el gobierno municipal ha demostrado su incapacidad para lidiar con el sector de la restauración de Barcelona, que denuncia la falta de diálogo por parte del equipo de Ada Colau. El último episodio que ha puesto de relieve las desavenencias entre ambas partes es la regulación de las terrazas de Plaza Cataluña y especialmente la delicada situación en la que la ordenanza singular podría poner al emblemático bar Zurich.

Dado que la norma prevé una distancia mínima entre la fachada de los edificios y las mesas de la terraza para garantizar un itinerario accesible a los peatones, hasta cuatro establecimientos de la céntrica plaza –Farggi, Hard Rock, Txapela y Zurich- verían reducida significativamente la capacidad de sus veladores. En concreto, el bar Zurich, que actualmente cuenta con 70 mesas en el exterior, se vería obligado a suprimir unas 54, precisamente las más demandadas por la clientela. «La terraza representa el 70% de nuestra facturación», señala Andreu Valldeperas, propietario del establecimiento, quien recuerda que «con el elevadísimo alquiler que se ha de pagar en esta zona, si nos quitan más de media terraza se pondría en riesgo la viabilidad del negocio», del que dependen una trentena de familias. «En esa situación sólo una gran cadena podría ponerse al frente», advierte Valldeperas, quien asegura que en casi un siglo de vida «jamás hemos tenido problemas con nadie por nuestra terraza».

Por todo ello, la primera sesión participativa convocada por el Ayuntamiento hace tres semanas para debatir con los agentes implicados la aplicación de la normativa, una cita en la que intervinieron técnicos municipales, representantes de los establecimientos afectados y entidades como el Gremio de Restauración, dejó muy mal sabor de boca entre los representantes del sector. «Nuestra idea es mantener la terraza, pero estamos dispuestos a hablar y negociar. Confiamos en que esto se arreglará, aunque durante la sesión no se habló de alternativas; los representantes del Ayuntamiento fueron poco receptivos», comenta Valldeperas.

Aplicación restrictiva

Y es que si bien la normativa sobre terrazas lleva el sello del anterior gobierno municipal, es durante el actual mandato que ésta ha de implementarse. Tal y como señala Roger Pallerols, director general del Gremio de Restauración, si bien la norma puede resultar excesivamente restrictiva, «el problema reside en su aplicación». «La propia ordenanza prevé que en los enclaves singulares, como plaza Cataluña, el Ayuntamiento está facultado para llevar a cabo un planteamiento particular de la norma, que le permite ajustar las distancias entre la fachada y las terrazas», recuerda Pallerols, quien por ello responsabiliza al «gobierno actual de la autoría intelectual» de esta situación. Y más por cuanto, según destaca el director general del Gremio de Restauración, «en Plaza Cataluña no hay conflicto ya que se pueden compatibilizar todos los usos del espacio público sin problema y no se crean molestias a los vecinos porque no hay». «La ordenanza y su aplicación no pueden crear un conflicto donde no lo hay», destaca.

Para Pallerols, el asunto es especialmente grave por cuanto la propuesta del gobierno municipal en lo que se refiere a la ordenación singular de las terrazas de Plaza Cataluña compromete «la viabilidad económica de los establecimientos y, en el caso concreto del Zurich, plantea acabar con un emblema de la ciudad, lo que atenta contra nuestra historia y la identidad de Barcelona». Aunque este establecimiento es, a su entender, «un símbolo o ejemplo de lo que está pasando en toda la ciudad».

En riesgo la restuaración

«En su momento, el actual gobierno calificó la ordenanza heredada de chapuza y ahora la aplica de manera restrictiva, cuando la propia normativa permite no ser restrictivos en su aplicación gracias a las ordenanzas singulares», comenta Pallerols, quien advierte que «no podemos poner en riesgo uno de lo principales motores de la economía de la ciudad; el sector de la restauración sigue tirando del carro de la recuperación económica». Sin embargo, el responsable del Gremio confía en que el «Ayuntamiento sepa rectificar a tiempo» y opte por «regular a partir de la búsqueda de la compatibilidad de usos en el espacio público pero sin poner en riesgo» la restauración.

Así, Pallerols considera que, «si bien hay que garantizar un itinerario peatonal accesible y que en éste la fachada es siempre un referente, hay otras alternativas más allá que la mera supresión o reducción de las terrazas». En este sentido, reclama al gobierno municipal más diálogo y voluntad de buscar soluciones. «Uno de los grandes problemas con el Ayuntamiento actual es la interlocución; así no se construyen consensos», asegura Pallerols, quien a modo de ejemplo cita la famosa primera sesión participativa que se celebró hace tres semanas con técnicos del Ayuntamiento de Barcelona. Y es que si bien el pasado miércoles la teniente de alcalde Janet Sanz aseguró en la Comisión de Urbanismo y Movilidad que el consistorio no había realizado ninguna propuesta en firme sobre la regulación de las terrazas de Plaza Cataluña, sino que en este momento el asunto está en fase de estudio, análisis y debate, Pallerols afirma que «en la reunión, los interlocutores hicieron sus planteamientos para la plaza, que pasan por la aplicación restrictiva de la norma y la reducción significativa de las terrazas». Pese ello, puntualiza que «aún han de producirse dos sesiones participativas más, con fecha aún por determinar», por lo que confía en que el Ayuntamiento aproveche esas dos oportunidades «para rectificar».