Cataluña

Los «comunes» entierran el referéndum y piden elecciones anticipadas

Xavier Domènech rechaza la consulta unilateral de Carles Puigdemont y pide un presidente que «haya sido votado».

El portavoz de En Comú Podem, Xavier Domènech, cree que la consulta unilateral sería repetir el 9-N.
El portavoz de En Comú Podem, Xavier Domènech, cree que la consulta unilateral sería repetir el 9-N.larazon

Xavier Domènech rechaza la consulta unilateral de Carles Puigdemont y pide un presidente que «haya sido votado».

Sólo han hecho falta diez días para demostrar que la imagen de «unidad y transversalidad» que quería proyectar el independentismo con la cumbre por el derecho a decidir del 23 de diciembre tenía los pies de barro. De ello se encargó ayer el portavoz de En Comú Podem en el Congreso, Xavier Domènech, que rechazó el referéndum unilateral que propone el líder del Govern, Carles Puigdemont, y en su lugar, precisó, «lo que hace falta en Cataluña son unas elecciones».

Pese a que la idea de refutar una consulta que no sea pactada ya venía siendo apuntada por los «comunes», Domènech apuntaló ayer en la Cadena Ser este posicionamiento acompañándolo de la reclamación de unos comicios. El líder de los «comunes» en el Congreso fue más allá y argumentó que la autonomía necesita «un presidente de la Generalitat que haya sido votado». De esta manera, al independentismo se le descuelga el pilar que más legitimidad podía aportar al proyecto de autodeterminación, ya que reforzaba y daba mayor credibilidad al derecho a decidir y a la aventura rupturista.

Lo que ha hecho Domènech ha sido desmarcarse del último volantazo de Puigdemont. Y es que si tras el 23-D todo apuntaba a que el proceso independentista asumía la vía Colau –referéndum pactado–, en el último mensaje del año, el presidente del gobierno catalán viró de nuevo hacia la unilateralidad. Puigdemont expuso que en 2017 se iba a celebrar una consulta «legal y vinculante», aunque esta cobertura legal provendría del régimen jurídico catalán. Y los «comunes» han sido siempre muy explícitos al respecto: debe interpelar a la mayoría de votantes, tener el reconocimiento internacional y efectos jurídicos. Y aunque se han abierto en alguna ocasión a que no sea pactado, ven con mucho recelo que no diste en nada del «proceso participativo» del 9-N de 2014.

«Nosotros no sabemos en qué se diferencia del 9-N, que fue una gran movilización pero no tuvo efectos juridicos vinculantes. Creemos que el 9-N fue una movilización popular por el derecho a decidir, pero volver a repetir lo que se hizo, no aporta nada nuevo», aseguró Domènech. Por ello, justificó que son necesarias unas nuevas elecciones. Según él, el presidente se está sosteniendo con Junts pel Sí y la CUP bajo unos compromisos que no han cumplido: aludió a la promesa de que la independencia se proclamaría en junio de 2017 y «no se va a cumplir» y a que han vuelto al referéndum «cuando decían que era una pantalla pasada».

Por su parte, el Govern respondió que hay un «compromiso inequívoco de celebrar el referéndu» y se acogió de nuevo a la «transversalidad». No obstante, para ello, incluyó a los diputados de la «familia política» de Domènech en el Parlament como reclamantes de esta consulta, y reivindicó el «espíritu» de la reunión del 23 de diciembre.