Cataluña

Colau no apoyará el referéndum pero llama a la movilización

Catalunya en Comú mantiene su ambigüedad y participará en la jornada del 1-O.

Colau no apoyará el referéndum pero llama a la movilización
Colau no apoyará el referéndum pero llama a la movilizaciónlarazon

Catalunya en Comú mantiene su ambigüedad y participará en la jornada del 1-O.

Continúan acumulándose las malas noticias para el Govern de Carles Puigdemont y para el movimiento independentista en general. Catalunya en Comú, el partido liderado por Ada Colau y Xavier Domènech, aprobó ayer un documento estratégico que concluye que el referéndum soberanista del 1 de octubre «no es el que Cataluña merece y necesita» y, por tanto, sólo considera lógico simpatizar con él mediante movilizaciones. Los «comunes» evitaron así llamar a la participación mediante el voto, ya que, a su entender, existen «muchas incógnitas» acerca de las garantías de la jornada electoral.

La coordinadora nacional de Catalunya en Comú avaló de esta forma el documento estratégico que había elaborado la propia dirección del partido, el cual salió adelante con una holgada mayoría de 85 votos frente a los 29 reunidos por otra propuesta que abogaba por una participación crítica. «Un referéndum es un espacio de resolución de conflictos, no un espacio de afirmación de la soberanía de Cataluña», resumió el coordinador general de Catalunya en Comú y diputado en el Congreso, Xavier Domènech, para desmarcarse del proyecto de Junts pel Sí y la CUP.

El 9-N en el retrovisor

La posición adoptada por Catalunya en Comú supone un notable revés para los partidos soberanistas, conscientes de que la fuerza del presunto referéndum de 1 de octubre va estrictamente ligada a la participación. El simulacro de consulta del 9-N se zanjó con 2,3 millones de votos y ahora los independentistas se proponen alcanzar al menos los 3 millones para demostrar la oportunidad de esta votación. Por eso, el PDeCAT se arremangó ayer en su consejo nacional para presionar a los «comunes».

El propio presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se encargó de descargar la artilería contra el partido de Colau por preconizar un discurso político de extrema izquierda y, a la vez, poner en duda las garantías y la utilidad del referéndum del 1 de octubre: «Van vestidos de antisistema pero, cuando les pides ayuda, por sistema están al lado de Felipe González, de Aznar y de Zapatero». Y completó el ataque con una alusión a la postura que mantuvieron en pleno debate sobre el rescate griego. «Les pareció fantástico que en Grecia se convocara un referéndum con una semana de antelación y no ven garantías en el proceso en Cataluña.

Harto de este tipo de críticas por parte de los neoconvergentes, el coordinador general de Catalunya en Comú exigió al Govern que «resuelva las dudas sobre el 1-O y no las transfiera a otros espacios políticos» como el de su partido. Domènech consideró, en este sentido, que el PDeCAT tiene «una responsabilidad enorme» porque se comprometió a que en junio de 2017 Cataluña sería independiente y lo ha incumplido, y ahora se compromete a celebrar un referéndum que, a su entender, es una maniobra de afirmación nacional.

El partido de Colau, no obstante, no quiso perder el hilo de la ambigüedad que tan buenos resultados les ha proporcionado (una doble victoria en Cataluña en las elecciones generales de diciembre de 2015 y de junio de 2016). Por eso, se mostró abierto a rectificar su planteamiento en el caso de que la Generalitat aclare las enormes incertidumbres que suscitan aspectos como el censo electoral, el papel de los funcionarios, la adquisición de urnas y la habilitación de locales.

El referéndum efectivo

El análisis que consagra el documento estratégico aprobado ayer por los «comunes» constata que «Cataluña se encuentra delante de una situación de bloqueo político e institucional que tiene su origen en la sentencia del Tribunal Constitucional contra el Estatut y las posteriores sentencias contra las leyes emanadas del Parlament». A su entender, esta situación «de bloqueo» ha hecho que «una mayoría de la población catalana considere que el actual marco autonómico se encuentra agotado, y que es necesario avanzar hacia nuevos escenarios de soberanía mediante cambios constituyentes que tengan en su centro el ejercicio del derecho a decidir».

Después de abogar por un referéndum «efectivo y con garantías» como mejor solución, los «comunes» critican al PP por impedirlo, pero también a Junts pel Sí por entender que está protagonizando una «huida hacia delante» fruto «de una lectura errónea de los resultados de las elecciones del 27 de septiembre», en alusión a que los partidos independentistas no alcanzaron la mayoría de los votos (47,8%).

Ante este análisis, el único consuelo que le queda a Puigdemont es el posicionamiento de Podem (la marca de Podemos), favorable a participar en el referéndum pese al rechazo de Pablo Iglesias.