Turismo

Los vecinos de la Barceloneta reactivan las protestas por la presión turística

Parte de los turistas que visitan la Barceloneta en ocasiones provocan problemas
Parte de los turistas que visitan la Barceloneta en ocasiones provocan problemaslarazon

Los vecinos de la Barceloneta han retomado la lucha vecinal que empezó hace un año para combatir las molestias que generan en el barrio los apartamentos turísticos ilegales y los actos incívicos de unos visitantes que no respetan el descanso ni la convivencia con los vecinos. Pese a que la situación ha mejorado respecto a la que desató la manifestación vecinal del 12 de agosto del año pasado, el barrio sigue luchando por recuperar su identidad, su tranquilidad y su rutina.

Así, el pasado miércoles, centenares de vecinos se concentraron en la Plaza del Poeta Bosca por segunda semana consecutiva para reclamar la erradicación de los pisos turísticos ilegales y de los actos incívicos en sus calles. Y la idea, por el momento, es prolongar en el tiempo estas protestas vecinales. Y es que pese a que en el último año medidas como la intensificación de inspecciones parecen haber aliviado ligeramente las molestias generadas por los apartamentos turísticos, éstas son insuficientes.

En esta línea, en lo que llevamos de año se han abierto 387 expedientes sancionadores a pisos turísticos ilegales, lo que ha provocado que muchos de sus propietarios hayan optado por reorientar su actividad hacia alquileres de larga duración y por las familias con hijos como inquilinos para evitar problemas, pero es que en la Barceloneta se estima que hay cerca de 500 apartamentos turísticos funcionando a pleno rendimiento. «Es cierto que hay menos movimiento de pisos turísticos, pero éstos siguen ejerciendo y como se trata de una práctica ilegal, nosotros hemos de seguir alertando de esta situación», señala Lourdes, miembro del movimiento vecinal ‘Barceloneta diu prou’, quien por contra alerta «de las molestias que genera el comportamiento incívico de muchos visitantes».

Así pues, la polémica sobre los alojamientos y la presión turística que está alterando la identidad de un barrio históricamente marinero sigue presente pero parece que ahora el foco del problema se ha desplazado a las actitudes irrespetuosas e incívicas de muchos visitantes. Es por ello que entre las principales reivindicaciones de los vecinos figura un incremento e intensificación de la presencia policial en el barrio, que consideran del todo insuficiente, así como de los agentes cívicos. «Durante el día se pueden ver más policías que otros años, pero cuando llega la noche, a partir de las 21.00 horas que es cuando más necesarios son, desaparecen», denuncia Lourdes para a continuación poner de relieve que lo mismo sucede con los agentes cívicos.

Y es que desde el mes de abril, Barcelona cuenta con 39 agentes cívicos que patrullan por tres de las principales zonas turísticas de la ciudad, entre ellas la Barceloneta, los cuales no tienen capacidad para multar, pero sí para informar, advertir y, en su caso, alertar a la policía. El problema es que éstos sólo patrullan en turno de mañana o tarde, pero no por la noche.

Así pues, pese a que los vecinos admiten que la situación ha mejorado respecto al último verano gracias a la existencia de nuevas y más eficientes regulaciones destinadas a mitigar los efectos del fenómeno turístico, lo cierto es que consideran que esa mejora ha sido leve y que aún quedan mucho por hacer, por lo que han optado por salir a la calle cada miércoles como medida de presión a un gobierno municipal del que esperan más implicación. «Por ahora hemos tenido un par de reuniones con el Ayuntamiento y parece que nos hace bastante caso», explica Lourdes, quien recuerda que «hace un par de semanas pusieron en marcha como prueba piloto una medida que sugerimos nosotros», que consiste en condonar un 80% de la multa a aquellos propietarios de pisos turísticos sancionados que, ante la multa, optan por reconvertir sus viviendas en pisos sociales. Pero en la Barceloneta aún quedan muchos asuntos por resolver antes de que la paz y tranquilidad vuelva a un barrio que sólo reclama normalidad y respeto.