Barcelona

Los virus que afectan a tabletas y smartphones se triplicaron en 2012

Sólo el 32 por ciento de los españoles tiene un antivirus en sus dispositivos

La aparición de virus para los nuevos soportes se triplica año a año
La aparición de virus para los nuevos soportes se triplica año a añolarazon

De un tiempo a esta parte, el reinado del PC como núcleo doméstico de ocio comenzó un lento declive. Sin lugar a dudas, en muchos aspectos, como videojuegos de última generación, le mantendrán por encima de cualquier otro dispositivo, pero, en lo que se refiere a tareas más modestas, su dominio se tambalea. Las tabletas y unos smartphones con pantallas cada vez más grandes le han ido quitando espacio. Este cambio de paradigma ha comportado el evidente cambio en las estructuras de programación informática. Y estas estructuras incluyen también a los tradicionales virus en una versión más sofisticada.

«En los primeros años de existencia de los smartphones, la aparición de amenazas se duplicaba año a año. Ahora ya se triplica», explica Vicente Díaz, analista de Malware de Kaspersky Lab. Los datos absolutos todavía no son preocupantes, «hoy en día más del 99 por ciento de todas las amenazas que se crean van dirigidas a usuarios de Windows», señala Luis Corrons, director técnico de PandaLabs, pero «a mayoría de usuarios de móviles no son conscientes de los riesgos que se avecinan. Y de los que ya están aquí». De hecho, según los datos que maneja Kaspersky, sólo el 32 por ciento de los usuarios españoles cuenta con una solución antivirus instalada en su smartphone.

Entonces, ¿de qué tipo de amenazas estamos hablando? Los expertos coinciden en que básicamente existen dos modalidades. Hasta hoy, la mayoría de amenazas están relacionados con el envío de SMS desde tu móvil a números de tarificación especial, un sistema rápido para poder robar dinero del usuario. Sin embargo cada vez es más frecuente la adaptación del espionaje de toda la vida. Poco a poco, son más frecuentes las apariciones de troyanos diseñados para robar la información del dispositivo. No en vano, el móvil registra nuestra geolocalización constantemente o incluso datos bancarios.

«El usuario sigue con la percepción de que el móvil no es un ordenador y que, por lo tanto, está a salvo de ataques cuando, de hecho, hay virus que ya se han colado como aplicaciones en los portales de Google Play y App Store de Apple», apunta Díaz. «Google anunció en septiembre de 2012 que habían alcanzado la escalofriante cifra de 700 millones de activaciones de Android», añade Corrons. «Su versatilidad, lo veremos en todo tipo de electrodomésticos y televisores, y hecho de no tener que pagar licencia abre todo un mundo aún desconocido de posibles ataques», prosigue.

Por todo ello, los expertos recomiendan sentido común en el uso de los términales móviles. Como por ejemplo que respeten las protecciones de los fabricantes y no los liberen o bien que no instalen nada que no tengan la certeza que proviene del fabricante.

Android concentra el 99 por ciento de las nuevas amenazas

Tanto Google como Apple han desarrollado sus propias tiendas de software en línea. Desde Google Play y App Store, respectivamente, los usuarios pueden descargarse aplicaciones y juegos. Estos ecosistemas cerrados permiten a las dos multinacionales tener un control estricto sobre el software destinado a sus usuarios. En el caso de Google Play hay 675.000 aplicaciones y, en el caso de España ya se han alcanzado los 25 mil millones de descargas. El problema es que si se cuela algún tipo de virus también infecta a muchos más usuarios. No es de extrañar, pues, que en 2012, los ciberdelincuentes se concentraron sobre todo en la creación de programas maliciosos para Android. El 99 por ciento del malware móvil detectado, pues, es para la plataforma Android, según Kaspersky Lab. También cabe destacar el primer caso de detección de software malicioso en la App Store. A principios de julio se descubrió una aplicación llamada «Find and Call». Al instalar este programa, el usuario se registraba. Después, los datos ingresados y los contactos se enviaban a un servidor que utilizaba los números robados para enviar mensajes de spam.