Estreno teatral

«Madama Buttefly»: sangre, fuego y emoción

Peralada se prepara para su nueva producción operística, el clásico de Puccini ambientada en un Nagasaki devastada por la bomba nuclear

El equipo creativo del montaje junto a Oriol Aguilà, ayer en la presentación de la producción
El equipo creativo del montaje junto a Oriol Aguilà, ayer en la presentación de la producciónlarazon

Peralada se prepara para su nueva producción operística, el clásico de Puccini ambientada en un Nagasaki devastada por la bomba nuclear.

El amor es un acto nervioso de creación de vínculos emocionales tan fuerte que es capaz de transformar la realidad por completo o, en otras palabras, hacer que el delirio prevalezca sobre lo real. Por eso, cuando ese amor que ha creado ese mundo paralelo se traiciona, lo que queda es un espacio devastado y al amante perdido y desubicado. Es como si uno se levanta por la mañana y ve un día precioso y una ciudad brillante, pero de repente cae una bomba y todo desaparece en un segundo. Esto es lo que ocurre, precisamente, de forma literal, en la nueva producción operística del Festival Castell de Peralada.

El 7 de agosto verá el estreno de «Madama Butterfly», la icónica tragedia de Puccini, en una versión de Joan Antoni Rechi que relaciona fondo y forma con un sencillo cambio en su eje temporal, pero que así otorga mucho más sentido emocional a la historia. La trágica geisha Cio-Cio-San será aquí una de las supervivientes de la bomba nuclear de Nagasaki que finalizó la II Guerra Mundial. «La ópera está llena de sangre, fuego y emoción. Tiene un punto límite muy potente, con una música que llega de una forma muy emocional. Esto es lo que quería conseguir con este montaje», señaló ayer Rechi.

El director de escena cuenta con un reparto de campanillas para dar forma a esta historia universal, con la soprano albanesa Ermonela Jaho como Cio-Cio-San, Bryan Hymel como el oficial de marina F. B. Pinkerton, Carlos Álvarez como Sharpless el consul americano en Nagasaki y la mezzosoprano catalana Gema Coma-Alabert como Suzuki, sirvianta de Cio-Cio-San. «Es el montaje más sincero de los que yo he participado, una propuesta muy potente, muy realista, que genera unas emociones muy vivas, muy diferente a lo que se ha visto hasta ahora», aseguró Jaho, reconocida como una de las mejores Cio-Cio-San de las últimas décadas.

La idea de Rechi de situar la acción en Nagasaki vino de una pregunta, ¿qué pasaría si todo el primer acto sucediera en este consulado, en un contexto más vulnerable, donde se ve mejor la diferencia entre Oriente y Occidente?». A partir de aquí, las casualidades históricas de lo que pasó realmente años después en Nagasaki era demasiado tentador para no utilizarlo. «Esta producción pone los puntos sobre las íes de lo que significa hacer hoy una Madama Butterfly», añadió Álvarez. La ópera contará también con el Coro del Gran Teatre del Liceu, dirigido por Conxita García, y la Orquesta Sinfónica de Bilbao, con la dirección de Dan Ettinger.