Ojos que saben leer y escribir

John P. Kressinsky era un hombre con los ojos tan grandes que no podía mirar sin oir un gran estruendo en su cabeza. Los rojos eran como arañazos y los verdes como si le lanzasen musgo venenoso en la cara. Su trauma sinestésico llamó la atención de la comunidad científica en los años 50, pero nadie le pudo explicar la relación entre los ojos grandes y la violencia que recibía de algo tan «normal» como mirar. Su mueca de horror era constante. Sólo tenía un refugio, un lugar donde podía conciliar una especie de sueño apaciguador al abrir los ojos, las fotografías de Man Ray.

Lo que el extraordinario caso de John P. Kressinsky demuestra es que mirar nunca es un hecho inocente y pasivo, sino que provoca implicación y exige reacción, es decir, defensa o ataque. Si esto ocurre con el simple hecho de mirar a nuestro alrededor, cuando hablamos de obras de arte esta sensación se sublima. Porque una obra de arte vive, sobre todo, en el interior de quién la ve, no en el exterior.

La Fundación Suñol reflexiona sobre esto mismo en la exposición «Diálogos de la mirada», un viaje a través de la colección propia del centro que intenta mostrar las claves de la función comunicativa de la obra de arte, entendida como proposición propia de un artista sobre la que se posibilitan múltiples lecturas desde la mirada subjetiva del espectador.

La exposición incluye obras de, entre otros, Luis Gordillo, Man Ray, Zush, Richard Avedon, Luis Frangella, Carlos Pazos, Jaume Plensa, José Luis Alexanco, Ramon Guillen-Balmes, María José Lacadena, Christo, Jordi Colomer, Claudio Bravo, Ferran Freixa, Ignasi Aballí, Antoni Tàpies, Juan Genovés, Zush, José María Sicilia, Alberto García-Alix, Robert Llimós, Idroj Sanicne, Sergi Aguilar, Manuel Millares, Pello Irazu o Max Bill.

Pero la exposición va un poco más allá y no se centra sólo en la función del espectador de la obra de arte, sino en cómo está responde a su vez a esta mirada y entablece una especie de diálogo que posibilita profundizar en la esencia misma del ser humano.

La exposición se divide en diferentes ámbitos, un total de siete que van de mirar a leer, tapar, valor, caminar/descansar, agujeros o rojo. Los diferentes ámbitos demuestran que los propios artistas son, sobre todo, espectadores de su propia realidad y tradición, y a partir de allí dialogan con sigo mismos para interpelar a las paersonas que verán sus obras. Este nexo de unión hilvana una cuerda invisible entre obra y obra que lleva al espectador a una extraña sensación de mundo cerrado.

Dónde: Fundación Suñol. Paseo de Gracia, 98.

Cuándo: Del 10 de febrero al 10 de septiembre.