Teatro

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«Otello», Shakespeare por los cuatro costados

Peralada acoge la ópera de Verdi con un reparto de lujo y una dirección escénica de Paco Azorín que subraya todavía más el origen shakespeariano del libreto de la obra

Un equipo muy compacto. Gregory Kunde, Paco Azorín y Carlos Álvarez hablando durante la presentación de la ópera
Un equipo muy compacto. Gregory Kunde, Paco Azorín y Carlos Álvarez hablando durante la presentación de la óperalarazon

Peralada acoge la ópera de Verdi con un reparto de lujo y una dirección escénica de Paco Azorín que subraya todavía más el origen shakespeariano del libreto de la obra

Si alguien piensa en celos, el nombre de Otelo viene al instante a la cabeza. Sin embargo, para Paco Azorín, el personaje es mucho más completo y fascinante. «Si pienso en una obra que hable de los celos, esa sería “Cuento de invierno”. Otelo tiene más repercusiones, habla de la inseguridad, de un hombre que encuentra reparos a su boda con Desdémona desde el principio, porque es moro, porque su familia no le acepta, porque ella es muy joven y él ya es mayor. Los celos se disparan por un complejo preexistente», afirma Paco Azorin, que el 1 de agosto presenta en Peralada su versión escénica del «Otello» de Verdi.

El libreto original partía de muchos lugares comunes, dejándose detalles que marcan la diferencia en la gran tragedia shakespeariana. Primero, recupera el primer acto donde se pone en antecedentes de los prejuicios que marcarán el desarrollo psicológico del personaje. Después, la puesta en escena incidirá en pequeño matices que ayudarán a dotar de mayor profundidad la ópera, como la escena de la muerte de Desdémona, cuando Otelo la asfixia con un cogín. «Queríamos volver a Shakespeare. Ésta es una ópera que respira Shakespeare por los cuatro costados», afirma el director de escena.

Para ello cuenta con un reparto excepcional, con Gregory Kunde como Otelo, Carlos Álvarez como Yago y Evga-Maria Westbroek como Desdémona. Azorín ha exigido de ellos una gran implicación actoral, más allá del perfeccionamiento vocal de unos intérpretes que son una garantía. «El moro es un personaje complicado, pero muy sencillo de comprender, un hombre obsesionado por los celos injustificados hacia una mujer, víctima de las manipulaciones perversas de Yago. El camino que va de amante a asesino es fascinante», asegura Kunde, que interpreta al personaje desde hace 25 años y ya es considerado el Otelo por excelencia de nuestros días.

Aunque el protagonista de la obra y el que provoca todas las situaciones es Yago, un Carlos Álvarez en estado de gracia que no sólo interpreta al personaje, sino que actúa como director de la obra en escena, moviendo a personajes y decorados en un guiño metateatral. «Ya es el catalizador que provoca todas las reacciones del resto, es un gran manipulador», afirma Álvarez.