Pedro Juan Gutiérrez: «Para ser cubano hay que ser valiente»

Los cajones de Pedro Juan Gutiérrez estarían llenos de manuscritos si no fuera por Anagrama. Después de años de rechazos de editores cubanos, sus intensas y duras historias de la vida cubana llegaron por azar a las manos de Jorge Herralde. No lo dudó y llamó en seguida al escritor. «Me acuerdo que eran las diez de la mañana y me dijo que quería publicar juntos los tres libros de cuentos que tenía. Yo le dije que sí, por supuesto. Entonces me preguntó qué título querría que tuviese el libro. No sé, dije, ¿la trilogía sucia de La Habana? Perfecto, dijo y colgó», recuerda Gutiérrez.

Más de quince años y siete libros después, la colaboración continúa con la novela «Fabián y el caos» , recuento de La Habana de los años 60 y 70, Gutiérrez sigue los pasos de un amigo suyo, pianista, cuya homosexualidad fue tratada como una tara, como el gobierno y la sociedad cubana de aquel entonces. «Fueron tiempos peculiares, por un lado heroicos y revolucionarios, pero también años violentos y agresivos, en los que los homosexuales eran apartados de la vida cultural. El arte tenía que estar al servicio del pueblo y los homosexuales no tenían derecho», comenta Gutiérrez.

Como todas los libros del escritor cubano, no estamos hablando de una novela política, sino de un retrato fiel, honesto y brutal de la sociedad cubana de la época, en la que el escritor recupera a su célebre «alter ego», Pedro Juan. «No me interesa la política, sino el lado humano de la historia. Quería mucho a Fabián. Nos encontramos en una fábrica al que obligaron a entrar a Fabián porque no podía volver a tocar su piano. Y eso, para él , era como si le arrancasen las manos», señala el escritor.

Su última novela la escribió en 2006, y después de años de intenso trabajo, decidió tomarse un año sabático. «Creo que he vivido una vida tan intensa que es como 3 o 4 vidas de una persona normal. Eso me da para muchas historias, pero necesitaba descansar». Ese año pasó a ser dos y luego tres y luego cuatro, en la que se dedicó a escribir poesía y a leer. Tenía la idea de esta novela desde hacía 20 años, pero no quería empezar, no sabía cómo. «Me daba apuro desde una perspectiva ética y moral. No quería aprovecharme de la historia. Al final conseguí encontrar el justo juego entre realidad y ficción, darle forma de novela, y me volqué a ello», dice Gutiérrez.

Comida con Villaronga

La historia conserva los rasgos distintivos de su literatura y que le han convertido en figura clave de la novela cubana contemporánea. El personaje de Fabián otorga una nueva profundidad a sus historias. «Era una persona sin fuerza interior para enfrentarse a sus problemas. Hay que saber recomponerse de los tiempos difíciles, hay que saber encajar, como en el boxeo. Se dice que para ser cubano hay que ser valiente y algo de eso hay», afirma Gutiérrez.

El escritor ha pasado por España para el estreno de «El rey de La Habana», adactación de Agustí Villalonga de su homónima novela. Su paso por el Festival de San Sebastián dejó a la crítica dividida. «Algunos han dicho que no la resistían, que las imágenes eran demasiado brutales, demasiado viscerales. Y es verdad. Hablamos de La Habana de los 90, tiempos muy difíciles, en la que de pronto no había gas o agua o alimentos. Yo me refugié en el alcohol, otros se exiliaron, se sumergieron en la religión, fue duro», asegura.

El escritor mira ahora con esperanza la nueva relación entre Cuba y Estados Unidos. «Necesitamos menos testosterona y más compasión. Hay que hablar desde el perdón», concluye.

«Fabián y el caos»

Pedro Juan Gutiérrez

ANAGRAMA

240 páginas

16,90 euros