Cataluña

Puigdemont ofrece pactar la fecha y la pregunta del referéndum

En un acto en Madrid asegura que pedirá verse con el Rey y con el presidente

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, durante su intervención en un desayuno informativo hoy
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, durante su intervención en un desayuno informativo hoylarazon

Carles Puigdemont llegó a Madrid para dar a conocer su propuesta secesionista. Dice que quiere acordarlo con el Estado, como solución para culminar el proceso soberanista y la voluntad de los ciudadanos catalanes, según dijo, a ser consultados en las urnas sobre esta cuestión.

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, insiste en su desafío soberanista. Ayer lo hizo en Madrid, en un desayuno informativo donde volvió a exponer su hoja de ruta y el significado que para él tiene una consulta con «garantías», su «validez» y los porcentajes. Para este camino hacia la desconexión invitó ayer al Gobierno a negociar la fecha, las condiciones e incluso la pregunta del referéndum que plantea y que el Estado español también someta a votación su propia propuesta, compitiendo así con la de la independencia.

Puigdemont reiteró, durante un desayuno informativo de Europa Press, que la solución independentista catalana requiere una «solución política» y no va a diluirse por no darle respuesta. «Cuando la situación española despierte de su bloqueo inicial, la propuesta catalana seguirá todavía allí», dijo. Para la formulación de la pregunta que sometería a votación sólo y exclusivamente de los catalanes consideró que debería ser una «que no trate de generar confusión» como por ejemplo la de: «¿Quiere que Cataluña sea un estado independiente? Sí o no». El presidente de Cataluña insistió que quiere una consulta donde no se excluya al Estado de competir con su pregunta. Cuando el moderador de los desayunos le interrogó sobre por qué él, como madrileño, no puede decidir sobre si quiere o no que España se rompa, Puigdemont le respondió: «Usted no pudo decidir sobre el Brexit, ¿verdad?».

También la interpretación del resultado quiere que sea pactada. En concreto qué porcentaje sería válido y cómo aplicarlo, o si se establece una moratoria para poder repetir un referéndum similar. No quiso entrar en cifras concretas, aunque dijo que parecería obvio que con un 30 por ciento de votantes no sería valida.

La «voluntad» del presidente de Cataluña, explicó, es «sentarnos en una mesa de diálogo, pero no en el banquillo de los acusados» y criticó que cuando ellos se sientan en esa mesa «siempre estamos solos». Puigdemont aprovechó para sacar pecho de su Ejecutivo y gestión frente a un Gobierno de España en funciones débil e inestable. Subrayó que su formación política no tenía nada pactado con el ex secretario general de PSOE, Pedro Sánchez, cómo se había dicho y que si Mariano Rajoy es investido presidente le llamará para felicitarle, y le pedirá cita, antes no. E incluso no puso reparos en hablar con el Rey «de lo que él quiera».

Carles Puigdemont aseguró que el proceso no es un invento político sino que está «enraizado» en la sociedad catalana, que lleva cinco años movilizada, según dijo, en favor de una consulta. «En los juzgados no se hace política ni se debería». Por ello cargó con dureza contra los recursos y las denuncias del Gobierno por la organización de la consulta del 9-N y advirtió, a modo de amenaza velada, que en caso de que el Gobierno siga por lo que él llama la vía judicial «sus actos tendrán consecuencias», al igual que si aplica el artículo 55, el de suspender la autonomía.