Nacionalismo

Puigdemont rescata Kosovo como ejemplo hacia la independencia

Replica al PP que la UE se reunirá con Cataluña como ha hecho con el primer ministro kosovar

Puigdemont cita Kosovo que obtuvo la independencia tras una guerra
Puigdemont cita Kosovo que obtuvo la independencia tras una guerralarazon

El día después de una fiesta, a los invitados les gusta comentar los momentos más memorables del encuentro. Algo parecido sucedió ayer en el Parlament. Tras la cumbre convocada por el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, para dar una respuesta conjunta al recurso del Gobierno contra la ley catalana antidesahucios y contra la pobreza energética, todos los grupos comentaron que el encuentro no debe quedar en una declaración de buenas intenciones. Todos, excepto el PP, el partido del Gobierno que ha impugnado la ley, a quien acusan de ser «insensible» con los más vapuleados por la crisis económica. Xavier García Albiol buscó con su pregunta en la sesión de control a la que el president se somete cada quince días, desviar la atención hurgando en la controvertida política exterior del gobierno catalán. Y lo logró cuestionando el fallido viaje de Puigdemont a Bruselas, donde no se vio con ningún alto cargo de la UE.

Albiol preguntó al president de la Generalitat si había pedido reuniones con el comisario de la UE y con el presidente del Parlamento Europeo. Puigdemont insistió en que «no» pidió ninguna reunión, aunque avanzó que pedirá cita con el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. Pero no se quedó ahí, molesto con el PP cuestione las dotes diplomáticas de Cataluña y con que le acuse de «hacer el ridículo por el mundo», se atrevió a pronosticar que Juncker lo recibirá como la semana pasada hizo con el primer ministro de Kosovo, Isa Mustafa, «un señor que es primer ministro gracias a una declaración unilateral de independencia».

El president osó unir en una misma frase Kosovo y declaración unilateral de independencia. Pese a que los convergentes aplaudieran tímidamente, los soberanistas se cuidan de no hablar de Kosovo como referente para la independencia porque se constituyó en Estado tras una violenta guerra y eso da munición a la oposición.

Albiol no tardó ni un nanosegundo en sonreír al escuchar la respuesta del president. Tenía cartuchos para el contraataque. «Le pido prudencia», dijo, «me preocupa que hable de Kosovo porque los que tenemos una edad recordamos lo que ocurrió». Una cosa es que Artur Mas fantasee con ser la Dinamarca del Sur de Europa, un país que tiene un PIB per cápita de 46.900 euros –el de España es de 23.300 euros–. Y otra cosa es querer ser Kosovo que cuenta con un PIB per cápita de apenas 3.372 euros.

Al margen del ejemplo de Kosovo, Albiol ya estaba molesto porque el PP ha visto unos mails donde el president pedía cita a Juncker, al presidente del Parlamento Europeo, dos vicepresidentes y un eurocomisario. Pero Puigdemont insistió en que él no envió esos corresos, sino que lo hizo la delegación catalana en Bruselas, que «no es lo mismo». Fuera quien fuera el que pidió las citas, para Albiolla diplomacia catalana no ha estado a la altura.

Las palabras del coordinador del PP catalán enojaron aún más a Puigdemont. No sólo replicó que más ridículo hace la política española cuando «tiene que cesar al embajador de Bruselas por gandul», sino que insistió con la vía kosovar. Aunque en la segunda réplica no mencionó la palabra independencia, vino a decir que cuando Cataluña tenga estado propio «quien más interés tendrá de hablar con nosotros será la Unión Europea».

Precampaña de medidas sociales

Un síntoma de que la precampaña está en marcha son los ataques que desde Ciutadans, Inés Arrimadas lanzó al Gobierno del PP por recurrir la ley catalana antidesahucios. El partido naranja se desmarcó de la política de los populares ayer en el pleno. También quiere capitalizar la indignación que han generado el recurso del PP entre los catalanes y por la que pelean las izquierdas, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau y el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, que trata de evitar que Convergència pierda más votos hacia ERC. La oposición echó en cara a Puigdemont que no se agarre al discurso del victimismo y aplique las normas vigentes para combatir la pobreza, como la ley de vivienda de 2007.