Literatura

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Recuperando un diván literario

WunderKammer edita «Sol negro. Depresión y melancolía», el clásico de Julia Kristeva

Julia Kristeva publicó hace treinta años la primera edición de «Sol negro»
Julia Kristeva publicó hace treinta años la primera edición de «Sol negro»larazon

WunderKammer edita «Sol negro. Depresión y melancolía», el clásico de Julia Kristeva

En su joven e interesante vida literaria, el sello WunderKammer ha recuperado títulos de autores muertos que o estaban descatalogados o seguían injustamente inéditos en las estanterías de las librerías de nuestro país. En esta nueva temporada, la editorial puesta en marcha con acierto por Elisabet Riera, después de rescatarnos a Victor Hugo o Rubén Darío, incorpora en su catálogo a una escritora viva, como es el caso de Julia Kristeva, uno de los nombres de referencia para el intelectualismo europeo, con su obra «Sol negro. Depresión y melancolía», un trabajo que cumple ahora tres décadas desde su primera edición.

Kristeva es uno de los grandes nombres del pensamiento, además de feminista y psicoanalista. Esto último es una de las herramientas que emplea para este libro, donde el psicoanálisis es un contradepresivo. Ella misma nos asegura al principio de la obra que «trato de hablarles de un abismo de tristeza, de dolor incomunicable que nos absorbe a veces, y a menudo duraderamente, hasta hacernos perder el gusto por cualquier palabra, cualquier acto, incluso el gusto por la vida». La autora nos propone buscar de dónde viene ese sol negro, el origen de lo que califica como una «galaxia insensata» en la que «sus rayos invisibles y pesados me clavan al suelo, a la cama, al mutismo, a la renuncia».

Europa enferma

La nueva edición contiene una nueva introducción escrita por Kristeva y que ella califica como sms, aunque el texto no es un breve mensaje propio de un teléfono móvil. En él, la autora reconoce que su libro no estaba cerrado. Hoy, apunta, «la depresión y la melancolía son más que nunca compañeras de la globalización. El Prozac, el Anafranil o el Déroxat han invadido los botiquines, y los antidepresivos son capaces de regular efizcamente los estímulos nerviosos». Pese a todo, la depresión no se ha limitado a ser un malestar personal. Es algo que también padecen las naciones «bajo el shock de la crisis endémica y la inevitable austeridad». Kristeva tampoco se muestra muy optimista ante el estado de salud de nuestro continente que lo ve amenazado por «una regresión de melancólica, de pérdida de identidad, valores y orgullo», palabras que no invitan al optimismo.

Pese a ello, Julia Kristeva quiere dejar claro que «no me siento deprimida, ni tampoco depresiva. Algunos lectores me lo preguntan, yo aprovecho la ocasión para responder. He visto pasar la tormenta muy cerca de mí, pero la vencí con resistencia de pensamiento».

En el diván literario de «Sol negro. Depresión y melancolía» pasan tres pacientes de peso: Gérard de Nerval, Fiódor Dostoyevski y Marguerite Duras. Del primero, el eje es su soneto «El desdichado». Nerval usa ese poema, como apunta la autora de «Sol negro», como una suerte de arca de Noé, «aunque provisional, le asegura una identidad fluida, enigmática, encantatoria». El título de «El desdichado» es una manera de evocarse a sí mismo como «el brillante comediante de ha poco, el príncipe ignorado, el amante misterioso, el desheredado, el desterrado del entusiasmo, el bello tenebroso».

Otro de los pacientes de Kristeva es Fiódor Dostoyevski, un autor con un «universo atormentado» que «se encuentra sin duda más dominado por la epilepsia que por una melancolía en el sentido clínico del término».

La escritora francesa Marguerite Duras afirmaba que «el dolor es una de las cosas más importantes de mi vida». Por eso no es extraño que Kristeva también dedique una especial atención a la autora de «El amante». En «Sol negro» se analizan varios textos de Duras, como si se pusieran cada uno de ellos bajo un microscopio que explora cada uno de los síntomas de la prosa de la escritora. Todo ello narrado con una precisión y profundidades conmovedoras.

Todo esto está escrito con un anhelo: el querer que «aquellos que lean este libro puedan hallarse en él», llevándose el lector algunos destellos de luz.

«Sol negro. Depresión y melancolía»

Julia Kristeva

Wunderkammer