Cataluña

Romeva gastó 13.400 euros en Argentina y Finlandia

El conseller realizó los viajes en los meses de septiembre y octubre

El conseller Romeva durante su último desplazamiento a Bruselas
El conseller Romeva durante su último desplazamiento a Bruselaslarazon

El conseller realizó los viajes en los meses de septiembre y octubre.

A Josep Lluís Carod-Rovira se le recuerda como un vicepresidente de la Generalitat particularmente viajero. Carod pretendía personificar el cargo de un ministro de Exteriores, algo que no irritaba demasiado a sus socios del PSC. «Mejor tenerlo fuera que aquí», decían algunas voces. Raül Romeva encarna ese mismo papel, el de un presunto ministro de Exteriores que viaja por el mundo explicando la voluntad de autodeterminación de Cataluña y que se ocupa de los catalanes residentes en otros continentes. Y los viajes, ya se sabe, son caros.

Romeva estuvo el pasado mes de septiembre cinco días en Argentina, donde presidió la encuentro cultural de las comunidades catalanas en Sudamérica. También participó en los actos de conmemoración de los 200 años de la independencia de Argentina y en el 130º aniversario del «casal» de Cataluña en Buenos Aires. Todo ello acompañado de su jefe de gabinete, su jefa de prensa y su jefe de protocolo. Los costes se elevaron a 11.256 euros (9.916 en transporte, 942 en hoteles y 392 en dietas y manutención». Así lo explica el propio Romeva en respuesta una pregunta formulada por el grupo parlamentario del PP.

Un mes después, en octubre, el conseller de Exteriores protagonizó un viaje de tres días a Finlandia. Lo hizo, en este caso, acompañado únicamente de su jefa de prensa y gastó 2.145 euros (1.511 en transporte, 545 en hoteles y 89 euros en dietas).

De hecho, es difícil encontrar una partida de los presupuestos de la Generalitat que experimente un crecimiento mayor que la de Exteriores. Su gasto se eleva hasta los 64 millones, lo que supone un 88 por ciento más respecto al proyecto de 2015 (el último aprobado). De estos 64 millones, un total de 6,55 millones son para costear la red de embajadas, prioritaria para la Generalitat de cara a completar su aparato diplomático en un año que tiene por objetivo situar a Cataluña «a las puertas de la independencia».