Subirachs, ordenado sacerdote

Un total de 33 legionarios de Cristo, procedentes de once países diferentes, fueron ayer ordenados sacerdotes en la basílica de San Pablo Extramuros, en Roma. La celebración estuvo presidida por el Cardenal Giuseppe Bertello, gobernador del Estado de la Ciudad del Vaticano y presidente de la Comisión Pontificia para la Ciudad del Vaticano.

Un total de 33 legionarios de Cristo, procedentes de once países diferentes, fueron ayer ordenados sacerdotes en la basílica de San Pablo Extramuros, en Roma. La celebración estuvo presidida por el Cardenal Giuseppe Bertello, gobernador del Estado de la Ciudad del Vaticano y presidente de la Comisión Pontificia para la Ciudad del Vaticano. Entre los nuevos sacerdotes se encuentran el barcelonés Miguel Subirachs, L.C., y el salvadoreño Edwin Pereira, que actualmente desempeña su misión pastoral en la ciudad condal, en Highlands School Barcelona.

A la celebración asistieron unas 3.000 personas entre familiares, amigos, compañeros del seminario y formadores, que quisiseron ser partícipes del acto religioso celebrado en El Vaticano. El cardenal Bertrello se dirigió con gratitud a ellos en un momento, porque «son los que han visto nacer, han sostenido y acompañado la respuesta de estos ordenandos a la llamada del Señor». A los nuevos sacerdotes, Bertello les recordó que están llamados «a proclamar a todos que Dios no abandona al hombre» y a llevar con el testimonio de su vida «un mensaje de confianza y de fraternidad a los pobres, a aquellos que esperan una palabra de consolación y tienen necesidad de ser defendidos en sus derechos y consolados en sus dolores». Al respecto, el Bertrello destacó «las numerosas obras sociales en favor de las personas más desfavorecidas que la Congregación ha desarrollado».

Miguel Subirachs fue ordenado diácono este mayo por el cardenal Martínez Sistachs. Actualmente está destinado en México, donde trabaja pastoralmente con jóvenes que sienten inquietudes vocacionales al sacerdocio. «En los 13 años de formación hacia el sacerdocio, el que el encuentro inmerecido y asiduo con Jesús se ha hecho Presencia patente en mi propia vida», explicó.