Escritores

Un amor literario

El escritor francés Frédéric Beigbeder convierte en una novela la relación entre J. D. Salinger y Oona O’Neill

El escritor francés Frédéric Beigbeder, ayer en Barcelona, durante la presentación de su última novela «Oona y Salinger»
El escritor francés Frédéric Beigbeder, ayer en Barcelona, durante la presentación de su última novela «Oona y Salinger»larazon

. D. Salinger ha pasado a la historia por ser uno de los mejores escritores que ha dado la literatura estadounidense de todos los tiempos. Pero la vida del autor de «El guardián entre el centeno» sigue siendo un enigma y una de esas lagunas en su biografía da pie a un fascinante libro firmado por el francés Frédéric Beigbeder. «Oona y Salinger», publicado en español por Anagrama y en catalán por Amsterdam, trata sobre la relación que mantuvieron Salinger y Oona O’Neill, quien fuera hija del célebre dramaturgo Eugene O’Neill. Sin embargo, aquello no acabó bien porque la muchacha acabó dejando a Salinger y casándose con otro mito, en este caso del séptimo arte: Charlie Chaplin.

Beigbeder, quien slató a la fama con su debut literario «13,99 euros», aseguró ayer que «la curiosidad es la que hace escribir» y, en este sentido, la historia entre Oona y Salinger era un terreno fertil para poder crear un relato basado en hechos reales que le interesaban, contando con actores secundarios de lujo como Truman Capote, Ernest Hemingway y Charlie Chaplin. Todo ello le hace escribir un relato que es, como él dice, «facción: hay hechos y ficción. No es una novela histórica. Lo que hago en este libro es lo que prohiben a los periodistas, que se tienen que ceñir a los hechos y no pueden imaginar lo que pasa a puerta cerrada. Es un lujo para la literatura poder imaginar lo que dicen personajes como estos». De todas formas, Beigbeder matiza que en «Oona y Salinger» «solamente un diez por ciento es ficción».

El novelista se sorprendió que no existiera bibliografía sobre este episodio en la vida de un Salinger que pierde a su amor cuando se va al frente durante la II guerra Mundial y se convierte en uno de los soldados que desembarca en Normandía. Intentará suicidarse, pero ese amor roto cuando Oona le da la espalda por Chaplin, lo convertirá en el genio que todos conocemos. Oona O’Neill era, por otra parte, «una niña triste y melancólica, cuyos padres se habían divorciado cuando ella tenía tres años. Sufrió mucho, pero a partir de los quince años empieza a salir de noche, aunque a su madre le asegura que se va a casa de una amiga. Ha sido un milagro convivir durante cuatro años con este tema», aseguró Frédéric Beigbeder.

El libro comienza con una confesión del escritor francés. Hace unos años rodó un documental sobre J. D. Salinger, cuando éste aún vivía, y trató de seguir su pista. Beigbeder llegó a encontrar el último hogar de un anciano que no quería saber nada del exterior, escribiendo solamente para él y sin conceder entrevistas. «Nunca hubiera hablado conmigo. Sé que tenía una escopeta y me hubiera disparado. Seguro. Precisamente fue mi cobardía en ese día lo que me hizo escribir este libro», argumentó.