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Una Barcelona en transformación

Viena Edicions y el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya recuperan la figura de Leopoldo Plasencia, la mirada de la Ciudad Condal de 1940 a 1970.

La calle Aragón, cuando empezaba a cubrirse el paso del tren.
La calle Aragón, cuando empezaba a cubrirse el paso del tren.larazon

Viena Edicions y el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya recuperan la figura de Leopoldo Plasencia, la mirada de la Ciudad Condal de 1940 a 1970¡.

A principios de 1938, un joven Leopoldo Plasencia de a penas 30 años coge un avión en el aeropuerto de Mallorca en dirección a Barcelona. Lleva su cámara y está nervioso. No sabe muy bien qué hace allí, pero le han contratado para tomar unas fotografías. La única condición, no hacer muchas preguntas. Así que el avión despega, con otros como el suyo a su lado, que empiezan a volar en formación. Él así lo documenta, fotografiando en el cielo despejado a dos Savoia-Marchetti S.M. 79, una majestuosa máquina de origen italiano, que Mussolini había cedido a Franco para que localizase infrasestructuras y bombardease Barcelona.

Ante su estupor, el propio Plasencia fotografió los destrozos que hicieron estas bestias aéreas en la ciudad. Más de un millar de personas murieron a causa de estos aviones. ¿Fue Plasencia cómplice de alguna forma de esta tragedia? No hay recuento de sus sensaciones al respecto, ni documentos que expliquen qué hacía él en aquellos aviones, sólo los negativos de aquellas fotografías en sus archivos y una vida dedicada después en exclusiva a fotografiar la reconstrucción de la ciudad que él vio arder desde el aire. «Es difícil deducir que un complejo de culpa motivase que dedicase su obra a la reconstrucción de Barcelona a partir de los años 40, pero lo cierto es que siempre demostró una gran empatía por las clases trabajadoras, los hombres y mujeres que levantaron esas nuevas infraestructuras», señala la historiadora Isabel Segura.

Viena Edicions y el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya (IEFC) acaban de editar el libro «Barcelona en construcció (1940-1970), una gran antológica de las fotografías documentales de Plasencia que radiografían como nadie en esa época la nueva Ciudad Condal y su modernización, del Poble Nou a Ciutat Badia pasando por La Verneda o Nou Barris. «Gracias a él tenemos el relato de la reconstrucción de la Barcelona post bélica. Trabajó como freelance para múltiples constructores y guardó las copias de su trabajo, para nuestra suerte, ya que la mayoría de estas empresas tiran sus archivos cuando ya no las encuentran utilidad», señala Segura, que ha escrito los textos y seleccionado las fotografías del libro.

Palsencia nació en Canetde Mar en 1906 y dedicó más de 50 años de su vida a la fotografía. Sus inicios se remontan al Centre Excursionista Barcelonès, donde gana diversos premios con sus primeros trabajos. Los paisajes centran entonces toda su atención, y así viaja a Mallorca para trabajar para guías turísticas. Y entonces estalla la guerra y su vida da un vuelco. lo demás, nunca mejor dicho, es ahora historia. El fotógrafo moría en la misma Barcelona que él ayudó a dar cuerpo y alma en 1988. La mujer de Plasencia cedió al IEFC el legado fotográfico de su marido, que incluyen más de 18.000 imágenes, un gran cuadro de costumbres de una ciudad que iba cambiando de cara poco a poco. Da la sensación de ser el registro de una gran carta de amor a la ciudad y sus gentes, una hermosa petición de perdón y reconciliación.

De Montjuïc a Aragón

El libro incluye imágenes hoy impactantes, como una calle Aragón todavía con las vías del tren visibles, cuando la calzada está hundida y de lado a lado se comunican pequeños puentes, o los trabajadores trabajando en la esplanada de Miramar de Montjuïc, en el que se ve su ardor y sufrimiento. O la creación de la nada de espacios nuevos como la Verneda o Ciutat Badia. «Es una pena que no conservemos ni su correspondencia ni su documentación más allá de las fotografías para saber más de Plasencia, sin duda una figura fundamental para Barcelona», concluye Segura.