Literatura

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Una casa con premio literario

El argentino Mariano Quirós se alza con el Tusquets Editores de Novela

Mariano Quirós, la semana pasada, recibiendo el Premio Tusquets de manos del editor Juan Cerezo
Mariano Quirós, la semana pasada, recibiendo el Premio Tusquets de manos del editor Juan Cerezolarazon

El argentino Mariano Quirós se alza con el Tusquets Editores de Novela.

La naturaleza no es solamente el decorado de «Una casa junto al Tragadero», la obra con la que Mariano Quirós se alzó con el Premio Tusquets Editores de Novela. Es casi un personaje con identidad propia, con una fuerza insólita que se apodera de las páginas de este texto que fue galardonado por un jurado formado por Juan Marsé, Almudena Grandes, Antonio Orejudo, Daniel Ruiz y el editor Juan Cerezo. La pasada semana Mariano Quirós estuvo en Barcelona para recoger el galardón que llega este año a su XIII edición.

«Una casa junto al Tragadero» es la historia de El Mudo que durante años ha estado viviendo en un pueblo situado al norte de Argentina, en las afueras de la Colonia. Procedente de la ciudad de Resitencia, El Mudo ocupó una casa en mitad del bosque, junto al río Tragadero. Es una naturaleza hostil, en la que viven pájaros, monos y caimanes. El problema es que al protagonista de esta novela no le hacen mucha gracia las apariciones de Soria, quien denuncia a El Mudo con insistencia ante la Fundación Vida Silvestre.

«Es una novela poderosa, original y fascinante. Tienen una estructura muy original con desconcierto al inicio», dijo la pasada semana Juan Cerezo durante la presentación del libro premiado. «Estamos muy satisfechos porque con este premio tenemos la secreta ambición de procurar descubrir voces nuevas de las dos orillas», dijo el editor de Tusquets. Cuando se le preguntó por la opinión del jurado al destacar el trabajo de Quirós entre los 472 que se presentaron a la edición de este año, Cerezo subrayó que «todos ellos coincidieron en el autor que resultó ser el menos conocido, pero también el más valiente».

La de Quirós puede que sea una voz no muy conocida para el gran público, aunque tiene tras de sí cinco novelas, todas ellas premiadas, al igual que pasó con su libro de cuentos «La luz mala dentro de mí». Además de narrador, este escritor, natural de Resistencia, es el responsable, junto a Pablo Black, del sello editoral Colección Mulita.

El escritor comentó que el punto de partida de «Una casa junto al Tragadero» fue la conversación que mantuvo con uno de sus amigos, quien estaba muy angustiado, porque tuvo que dejar la ciudad de Resistencia para irse a vivir a un pueblo apenas a una veintena de kilómetros, pero «con un paisaje abrumadoramente feo y hostil».

Sin paz

Es una naturaleza, como apuntó Mariano Quirós, «en la que no hay paz. Soy del norte de Argentina, de la capital de la provincia que es muy diferente del resto de esa provincia. Cuando empecé a escribir la novela pensaba que iba a ser un trabajo rápido, pero no fue así porque es una acción muy corporal, muy complicada. Sin embargo, estoy feliz por haber podido sortear todo esto párrafo a párrafo».

El escritor quiso que El Mudo, su héroe o, mejor dicho, antihéroe, «no contara nada de sí mismo, lo que se espera que se haga cuando uno llega a un territorio nuevo y de a conocer las experiencias de una vida anterior». Todo ello además queda enmarcado en lo que definió como «un realismo bastante desquiciado» y usando «un lenguaje bastante llano». De esta manera la novela de Quirós pasa a ser una de las más agradables sorpresas literarias de la temporada.

El Premio Tusquets Editores, que se convoca con el patrocinio del Fondo Antonio López Lamadrid constituido en la Fundación José Manuel Lara, consiste en una estatuilla de Joaquín Camps y en un anticipo sobre derechos de autor de 18.000 euros.