Fotografía

Vidas de un coleccionista

Dos exposiciones recorren la vida y las pasiones artísticas de Oleguer Junyent y el legado que dejó

Una de las imágenes captadas por la cámara de Oleguer Junyent durante su vuelta al mundo en 1908, parte del legado fotográfico de este artista y que ahora puede disfrutarse en una completa exposición con parte de su obra
Una de las imágenes captadas por la cámara de Oleguer Junyent durante su vuelta al mundo en 1908, parte del legado fotográfico de este artista y que ahora puede disfrutarse en una completa exposición con parte de su obralarazon

Dos exposiciones recorren la vida y las pasiones artísticas de Oleguer Junyent y el legado que dejó.

Es uno de esos nombres que han quedado injustamente para el gran público. Sin embargo, Oleguer Junyent fue una de las grandes personalidades barcelonesas de principios del siglo pasado, un coleccionista de categoría que podía rivalizar con Francesc Cambó o Lluís Plandiura. Dos exposiciones recuerdan ahora tan apasionante personalidad, subrayando su faceta como fotógrafo –en el Arxiu Fotogràfic de Barcelona– y como coleccionista –en el Museu Frederic Marès–.

Se da el caso que la última vez que Barcelona dedicó una exposición a Oleguer Junyent fue en 1962 gracias a los buenos oficios de la Junta de Museos. Junyent fue un excelente pintor que volcó su oficio como escenógrafo y decorador, una labor que realizó con éxito para teatros como el Liceu o encargándose de la decoración de las fiestas de Barcelona. Asesor artístico de Francesc Cambó, además de autor de títulos que fueron todo un éxito en su tiempo –como es el caso de «Roda el món i torna al Born»–, fue el coleccionismo su gran pasión, como todavía hoy se constata en su casa-estudio en la barcelonesa calle Bonavista, uno de esos rincones «secretos y mágicos» de la capital catalana, como así lo definió ayer Josep Maria Trullén, director del Marès.

La primera de las muestras, en el Arxiu Fotogràfic de Barcelona, nos permite conocer la labor de Oleguer Junyent detrás de la cámara. El artista viajó con ella por medio mundo y quiso documentar todo cuanto veía. La exposición se centra en las 370 imágenes que captó cuando dio la vuelta al mundo en 1908, algo que le hizo estar once meses fuera de su ciudad. Son fotografías en su mayoría inéditas de carácter estereoscópico y que nos llevan hasta Egipto, Canadá o Australia. Junto a este material también podemos ver los dibujos de los viajes de Junyent, apuntes de natural y que complementan el relato presentado en el Arxiu.

El Museu Marès plantea un diálogo entre Oleguer Junyent y el artista que da nombre al museo barcelonés. A ambos les fascinaba el coleccionismo, un hecho que se evidencia en la coincidencia de las temáticas que los dos buscaban para sus respectivos fondos.

En el caso de Junyent, el centro presenta piezas que se muestran por primera vez al público y que conservan los herederos del escenógrafo y decorador. A este respecto la selección se centra en seis obras, entre las que resalta la escultura del siglo XVII San Miguel Arcángel, de Luisa Roldán, conocida como la Roldana. Igualmente resulta llamativa de una estupenda pintura de Lluís Borrassà, una tabla del siglo XV con el tema del prendimiento de Jesús.

Junto a ellas, se presentan nueve esculturas, en su mayoría románicas y góticas, que en algún momento habían sido propiedad de Oleguer Junyent. Es el caso de la una pieza de madera del siglo XII originariamente procedente de la iglesia de Santa Maria de Plandogau d’Oliola (Lleida). Por otra parte, la exposición también analiza la amistad entre el homenajeado y Cambó, con quien compartió muchos viajes.