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Vidas de un viajero

Wunderkammer recupera al escritor francés Pierre Loti, una de las figuras fundamentales de la literatura romántica de finales del siglo XIX.

Pierre Loti, retratado por Henri Rousseau.
Pierre Loti, retratado por Henri Rousseau.larazon

Wunderkammer recupera al escritor francés Pierre Loti, una de las figuras fundamentales de la literatura romántica de finales del siglo XIX.

Está considerada como una figura legendaria, un nombre vinculado con el exotismo y el romanticismo, no solamente literario sino viajero puesto que inició su andadura como marinero. Pero por desgracia, el nombre de Pierre Loti ha quedado injustamente olvidado, algo que resulta extraño porque estamos hablando de quien un verdadero fenómeno editorial en su momento.

Sin embargo, la mejor obra de Loti era él mismo. Buena prueba de ello la encontramos en un maravilloso texto, «Diario íntimo», que acaba de recuperar la jovencísima editorial Wunderkammer. La obra apareció por primera vez en Francia en 1925, dos años después del fallecimiento de Loti, en una edición al cuidado de su hijo Samuel, precisamente en un tiempo en el que el escritor seguía siendo uno de los grandes «best-sellers» de las letras francesas.

La labor de Wunderkammer no solamente rescata la voz de Loti sino también la de la editorial Cervantes, responsable de la que hasta ahora era la única edición de la obra, en este caso con traducción de Vicente Díez de Tejada, un singular escritor que también se ganaba la vida como telegrafista.

Pasado barrido

El volumen se inicia con una misiva a su amigo H. Plumkette, un oficial de marina. Es una puerta abierta a adentrarnos en la mentalidad del eterno viajero: «Todo, todo mi pasado ha sido barrido por una inesperada tormenta que avanza sobre mi cabeza, que avanza tan rápida que no tengo tiempo de verla venir, un amor, una ceguera de mis sentidos contra el cual nada puedo. Todo se borra y es absorbido por este sentimiento único, y me dejo resbalar por una pendiente deliciosa y temible que finalizará en alguna negra ciénaga... Y quisiera que esta hora durase toda mi vida...».

En el momento de redactar esa carta, Loti aún no ha dado a la imprenta alguno de sus textos, pero en él hay no solamente un viajero sino un alguien fascinado por la letra impresa, por el hecho literario. «Diario íntimo» constata este hecho en su correspondencia con Plumkett. Este último le asegura el 23 de julio de 1878, «al fin llego a entenderlo; créame que le entiendo. Esta literatura que continúa enviándome, aunque soberbia, es vivida y archivivida por usted. Es , realmente su vida, eleveda a un diapasón de antigua belleza; es realmente su amor, tal como usted lo siente, el que usted me pinta –amor que recuerda los amores divinos de la fábula griega, cuyas exquisitas imágenes ha transmitido el mármol a nuestros ojos».

Pierre Loti fue autor de una ingente producción literaria, además de intentar no dejar llevarse por la vorágine de un éxito que despreció. Y eso que había motivo porque, además de los ejemplares vendidos, en este viajero esta incluso la inspiración, por ejemplo, de «Madama Butterfly» de Giacomo Puccini, una ópera que se basa en la novela «Madame Chrysanthème» del aventurero y narrador francés.

En «Diario íntimo» tenemos tanto cartas como páginas de los diarios del autor, pasajes deliciosos por su capacidad descriptiva y evocadora. Es también el hombre al que le gusta reivindicar otras culturas tan lejanas para el lector de finales del siglo XIX. Véase como ejemplo este pasaje de sus diarios en el que escribe «hay banquete oficial en casa del gobernador, en el palacio de Mustafá, en honor del Gran Duque Constantino de Rusia. El cielo se deshace en verdaderas cataratas. Llego a tierra con uniforme de gran gala, y tan mojado, que me veo obligado a cambiar de botas en la calle, antes de subir al coche. Dos árabes me sostienen durante esta operación».

El hombre que se enamoró de Estambul es hoy una lectura que merece ser rescatada de un silencio injusto. Su «Diario íntimo» es, a este respecto, una buena invitación a conocerlo, a alguien que es algo más que el nombre de un celebrado café de la capital turca. Leerlo es a pasear por lugares remotos que hoy nos resultan una leyenda hermosa.