Comprar falsificaciones, aunque nos parezca mal

El ser humano cae muy a menudo en profundas contradicciones, como lo es el hecho de que el 72 por ciento de los consumidores reconoce haber comprado alguna vez productos falsificados, a sabiendas, y al 69 por ciento no le parece bien hacerlo, es decir, percibe la falsificación como algo negativo. Así se desprende de un estudio realizado por la Confederación de Consumidores y Usuarios (Cecu), presentado ayer por su presidente, Fernando Móner.

Además, según este informe, muchas personas no saben distinguir un producto falsificado de uno original. Solo el 16 por ciento considera que podría hacerlo.

En el estudio los consumidores reconocen que el deseo de tener un producto de prestigio social a un precio menor es lo que les mueve a comprar falsificaciones.

La mitad de los sondeados desconocen la dimensión real de este problema para la actividad empresarial del país. Solo uno de cada diez acierta al ponderar el impacto sobre la pérdida de puestos de trabajo, dice el estudio de la Cecu.

Otra de las conclusiones dadas a conocer por Móner es que muy pocos consumidores reclaman al venderles un producto falsificado como si fuera original. Es más, la mayoría no sabría ni dónde ni cómo reclamar.

La Cecu presentó junto con el estudio la campaña #VerdaderoOFalso, puesta en marcha para informar a los consumidores sobre los peligros y desventajas de esta práctica, sobre todo de cara a la campaña navideña.

El secretario general de la Confederación de Organizaciones Empresariales de la Comunitat Valenciana, Javier López Mora, inauguró la jornada junto con Móner. En el acto también participaron la secretaria autonómica de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, María José Mira, el concejal de Comercio, Carlos Galiana, y la concejala de Sanidad y Salud, María Teresa Girau, ambos del Ayuntamiento de Valencia. La campaña trata de hacer llegar a los consumidores información fundamental para identificar y evitar los productos falsificados.