Valencia

EL COLECHO Y LA MUERTE SÚBITA DEL LACTANTE

La cercanía del bebé a la madre durante la noche favorece que ambos ritmos respiratorios se sincronicen, por tanto, ejerce una influencia positiva

Amamantar respeta las fases fisiológicas del sueño. No hay mejor tratamiento para prevenir el SMSL que la lactancia materna exclusiva. El bebé coordina mejor la respiración
Amamantar respeta las fases fisiológicas del sueño. No hay mejor tratamiento para prevenir el SMSL que la lactancia materna exclusiva. El bebé coordina mejor la respiraciónlarazon

La cercanía del bebé a la madre durante la noche favorece que ambos ritmos respiratorios se sincronicen, por tanto, ejerce una influencia positiva

En muchos países los padres comparten la cama con el bebé, en nuestro entorno también, a pesar de que tristemente muchos progenitores no lo digan. De saberlo, podríamos evitar algunos de los riesgos que conlleva el colecho ya que no está exento de riesgo, y la misión del profesional no es coartar ni reñir, sino informar. Algunos estudios (con diseños poco fiables) defienden que el colecho puede aumentar la incidencia del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL).

El síndrome de muerte súbita del lactante es un sufrimiento que atormenta a los padres, este afecta a niños menores de un año y acontece sin una causa justificada. Lo que sí conocemos es que se produce mayormente durante la noche, en meses de invierno, con una incidencia mayor en niños que en niñas con un mayor riesgo entre los dos y cuatro meses de edad.

Con factores que pueden aumentar su riesgo, como son el dormir boca abajo, padres fumadores o tipo de alimentación que recibe el bebé.

Aunque la causa se desconoce, la mayoría de los expertos creen que se produce cuando el bebé tiene una vulnerabilidad subyacente (inmadurez cardiaca, respiratoria) relacionados con problemas en la capacidad del bebé para despertar.

El patrón respiratorio del bebé no siempre es regular, debido a su inmadurez cerebral y de sus músculos respiratorios, presenta episodios cortos (cerca de tres segundos) de respiración superficial o suspensión de la respiración (apnea), seguidos de respiración normal que duran de 10 a 18 segundos.

Durante el sueño, todos los músculos del cuerpo se relajan. Esto incluye los que ayudan a mantener la garganta abierta para que el aire pueda fluir a los pulmones.

Además el bebé solo tiene dos fases de sueño de las cinco que tenemos los adultos, el bebé pasa menos tiempo en la fase profunda del sueño y se despierta cuando pasa de una fase a otra, necesita hacerlo para alimentarse.

Dormir boca arriba, la cercanía a su madre o el amamantamiento nocturno, favorecen el proceso de maduración para que el bebé regule adecuadamente las diferentes fases del sueño y logre una sincronía con sus ritmos respiratorios. La respiración de la madre ejerce una influencia positiva en el patrón respiratorio irregular y el riesgo de apneas es menor.

Dormir del tirón

Entonces ¿por qué pensamos que el bebé debería dormir toda la noche? No debemos intentar modificar el patrón fisiológico de los bebés, que además les confiere cierta protección. Por la noche debe despertarse y pedir alimento.

Otra recomendación clara es la protección de la lactancia materna frente al SMSL, el bebé que toma pecho come más a menudo que los alimentados con fórmula. La leche materna está diseñada para la especie y se digiere antes que la de fórmula, que al fin y al cabo es leche de vaca con una mayor carga de proteínas y una peor digestibilidad, siendo más vulnerables al SMSL.

La lactancia materna respeta las fases fisiológicas del sueño, las madres que amamantan están más cerca de su bebé y además el bebé alimentado a pecho coordina mejor el proceso de succión, respiración y deglución que los alimentados a biberón. No hay tratamiento mejor para prevenir el SMSL que la lactancia materna exclusiva.

Pueden enviar sus preguntas a consultalactancia@larazon.es