Turín

«Esta casa ha sido una gran desconocida para la ciudad»

El artista italiano Davide Livermore tiene como objetivo abrir el Palau de Les Arts a sus verdaderos dueños: la ciudadanía valenciana.

Davide Livermore
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El artista italiano Davide Livermore tiene como objetivo abrir el Palau de Les Arts a sus verdaderos dueños: la ciudadanía valenciana.

El artista italiano Davide Livermore tiene como objetivo abrir el Palau de Les Arts a sus verdaderos dueños: la ciudadanía valenciana.

–Tras un año al frente del Palau de Les Arts, ¿qué balance hace como intendente?

–El tema está en la normalización. Siempre se habla de un balance positivo o negativo, pero para mí se trata de seguir un camino de normalización y germinar una raíz para el futuro. Esto significa crear relaciones profundas con el territorio valenciano y educar nuevas generaciones de público que puedan disfrutar de una cosa que es suya, ese es el sentido del teatro público

–¿Qué elementos está potenciando para conseguir ese teatro público del que siempre habla?

–Se trata de crear confianza y de abrir el Palau a la ciudadanía. Y lo estamos haciendo en hechos concretos: una pretemporada con grandes obras, una política de venta de entradas con precios competentes, la presencia del territorio a través de colaboraciones con el Conservatorio, IVAM y la universidad..

–¿Cree que existe algún sector en concreto que se ha desligado más?

–Creo que simplemente esta casa ha sido una gran desconocida para la ciudad y por muchísima gente que no fue involucrada en el deseo de comunicar lo que estaba sucediendo aquí. Ha sido un lugar para la élite, a la que por cierto, agradezco todo su apoyo, pero por otra parte, también he sido educado bajo la idea de que la élite está en el alma, no en el bolsillo.

–¿Cree que no se estaba aplicando una política cultural adecuada para este espacio?

–Existen muchos niveles de hacer política cultural. Yo destaco tres: el altavoz político que divide a la sociedad; la política cultural simplemente técnica, que es un poco pasiva, ya que se programan títulos por costumbre; y finalmente, el tercer modelo que busca crear una red en la cual el ciudadano se sienta parte de una oferta cultural extraordinaria y ligada con las excelencias que su tierra ofrece. También comprendo que toda la historia pasada de Les Arts pueda tener un peso, pero aquí se hicieron cosas muy buenas y no se pueden olvidar.

–¿Qué política quiere usted?

–La maravilla de Valencia es que no tiene una trayectoria con la ópera, no se puede decidir dar títulos por darlos. Aquí necesitamos conquistar almas y público y convencerlos de que realmente la belleza de la ópera es parte de ellos. Yo quiero crear una red que conecte todo lo grandioso que tiene la ciudad.

–Y, ¿saben los políticos finalmente que quieren para esta casa?

–El nuevo Consell ha agradecido la línea de desarrollo cultural y a nivel concreto, está apoyándola en el patronato. Se trata un teatro público pero sin perder la excelencia y mirando hacia el futuro. Cuando llegué aquí, nadie hablaba de futuro, parecía que el mundo se había terminado, igual que después de una mascletà. Ahora hay aquí 300 y pico almas que trabajan cona calidad extraordinaria y estas es la fuerza de la cual partimos con esta historia maravillosa que es el Palau de Les Arts Reina Sofía.

–Al finalizar su mandato, ¿le gustaría seguir vinculado a Les Arts?

–Pienso que una relación siempre depende de dos, aunque también depende de muchas otras cosas. Como director de escena estoy muy feliz con todo lo que está pasando en mi vida o ha pasado gracias a las cosas que he hecho en el mundo y en el Palau. Aunque estoy acostumbrado a trabajar en un arco dramatúrgico plurianual vivo el día a día, así que no lo sé.

–Y por el momento, ¿cuál es el objetivo que le gustaría cumplir como responsable de esta casa?

–Recuerdo que en mi primera entrevista dije que esto era y es un teatro público y que todos necesitan conocerlo. Los taxistas no saben que es el Palau de Les Arts, no saben que aquí se hace ópera. Eso para mí es una gran responsabilidad. Para nosotros fuera de Valencia y de España, es el símbolo más importante de esta ciudad y todo el mundo debería saberlo.

–Mucho se ha criticado el hecho de que compagine su cargo de intendente-director artístico con el de director de escena, ¿qué diría tras un año ostentando los cargos?

–Yo no estoy haciendo esto porque quiera parecer un superhéroe, es algo que siempre he hecho. Si la gente de la casa o la misma política me advirtieran de que faltan cosas por mi parte, lo aceptaría tranquilamente, pero la realidad es que después de un año eso no ha pasado.Los primeros seis meses he hecho cuatro producciones, hemos revolucionado muchas cosas como asentar una base a nivel económico, de organización y de organigrama.

–¿Considera que esta es una temporada de transición?

–Me parece injusto hablar de una temporada de transición ya que realmente tiene otro cuerpo respecto a las anteriores. Se ha creado algo de manera muy clara y que además, marca el arquetipo de temporadas que queremos hacer en un futuro.

–¿Le gustaría en un futuro centrar sus temporadas en un relato concreto?

–Me gustaría mucho, pero esto es más cercano a un festival. Para una temporada resulta más interesante abrir un abanico más amplio y variado. Un relato se puede dar con dos títulos que pueden hacer conjuntamente, pero eso es algo que se podría hacer en un próximo Festival del Mediterráneo que esperamos desarrollar.

–¿Incluirá algún musical en el programa?

–Por el simple hecho de vender entradas no, ahora, si lo producimos nosotros con nuestra orquesta y coro, formado por cantantes de valor que saben lo que hay que hacer, sí. Yo he cantado mucho musical en el teatro de ópera italiano. Hay que hacer un musical que sea una obra de arte.

–¿Cree que es compatible su labor social con la intención de la Generalitat de hacer del Palau un icono turístico?

–Sí. El turismo en el que piensa la Generalitat busca desarrollar el alma y llegar a todos los niveles de la sociedad. Ese es el arte que yo concibo, el que puede tocar el corazón. Para mí no existe límite a la belleza o a la cultura.

Un año al frente del Coliseo valenciano

Davide Livermore, creció en Turín, donde fue «educado en la belleza» ya que su activa política cultural involucraba a los ciudadanos a formarse en el mundo del arte. En 2012 llegó a Valencia para hacerse cargo del Centro de Perfeccionamiento Plácido Domingo, una petición realizada expresamente por su predecesora Helga Schimidt. Desde 2015, es intendente y director artístico del Palau de Les Arts Reina Sofía con la dirección musical compartida entre Roberto Abbado y Fabio Biondi.