Ciencia

Javier Quesada: «La sociedad ha castigado el derecho de ambición de la mujer»

Este doctor en Economía cree que las mujeres se autocensuran y se autolimitan más, pero que los tiempos están cambiando y cada vez será más común verlas en altos cargos. La igualdad se pondrá de moda, confía.

El doctor en Economía, Javier Quesada
El doctor en Economía, Javier Quesadalarazon

Es el director General de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados y, desde hace unos meses, presidente ejecutivo de los Premios Rey Jaime I.

-Hoy se celebra la jornada «Mujer, ciencia y empresa. Presente y futuro». Cuénteme qué les espera.

-El presente es más halagüeño que el de hace veinte años. Ha habido un brusco aumento de participación en este sentido. En España ha sido muy difícil crear empleo suficiente para todo el mundo, y en el mundo de ciencia todavía es más difícil porque son carreras largas que exigen cierto sacerdocio, es decir, anteponer todo a la vocación. Todo eso socialmente se ve peor en la mujer. Y también falta tradición, porque en la escuela la niña tiene que ver que su profesora, además de atractiva, estudió ciencias, que no son solo las empollonas (bromea). Pero esto es un cambio muy lento. Nosotros, desde la Fundación, lo que hemos querido visualizar es que hay que continuar en esa dirección y que eso vaya cambiando.

-¿A qué se enfrentan?

-El mundo de la empresa y el de la ciencia son bastante parecidos. Son dos medios bastante agresivos y competitivos. La sociedad ha castigado el derecho de ambición de la mujer. En cambio al hombre se le presupone. Las mujeres que están en altos cargos me cuentan que cuando van a los sitios suelen decir: ‘Pero si soy la única’. Eso va a tener que corregirse haciendo un esfuerzo por ayudar en igualdad de condiciones a que la mujer vaya llegando a puestos de responsabilidad. Lo que tratamos en los Premios Rey Jaime I es que haya más nominadas, pero muchas veces son ellas las que no quieren presentarse, en ocasiones, por exceso de pudor. Eso no suele pasar con los hombres. Las mujeres se autocensuran y se autolimitan más.

-¿En qué ámbito cree que hay más discriminación? ¿Es la salarial la peor?

-Hay que distinguir, no todas las diferencias salariales son discriminatorias. Solo las que, a igualdad de méritos, tienen sueldos distintos. Lo que sí hay es feminización de determinadas actividades que no están bien pagadas.

-La empresaria española que triunfa suele ser heredera.

-La carrera empresarial es muy difícil, llena de riesgos, y en España el fracaso no está bien visto. Y si para un hombre es difícil, para un mujer aún más. Porque la sociedad suele ser muy cruel con el que fracasa. Por eso suenan más las que han heredado. Iremos acostumbrándonos a ello, a que haya cada vez más en altos cargos empresariales.

-La presidenta del Círculo de Empresarios dijo que «prefiere» contratar a mujeres que no vayan a tener hijos, y el presidente de la CEO insinuó que la incorporación «definitiva» de las mujeres al mercado laboral podría ser un problema, aunque luego ambos matizaron sus palabras. ¿Qué opina?

-El fenómeno de la maternidad hay que asumirlo de frente. Hay que hacer políticas que hagan recaer el coste de una ausencia, una baja o una reducción de jornada en uno u otro independientemente del género. O que las bajas maternales se repartan entre el padre o la madre, así el riesgo para la empresa es bastante similar. Al principio no estará bien visto, pero dentro de diez años se habrá asumido y será natural. Confío en que se ponga de moda.

-¿Hay que bajar los impuestos a las empresas?

-Cuando la gente suele decir que las sociedades pagan poco no tienen en cuenta que cuando los dividendos llegan a los accionistas, ahí les espera Hacienda con el IRPF. No soy amigo de los impuestos altos, pero sí que entiendo que hay que tener un ojo en el crecimiento y el otro en la distribución. Que uno no mate al otro.

-¿Qué cree que debe cambiar el tejido empresarial valenciano para ser más competitivo?

-Tres cosas, la primera, ser más sensible a los temas de I+D+i, reinventarse con más contenido tecnológico, que no se hagan productos banales. La segunda, que gane tamaño siempre que pueda, y la tercera, que, además, el entorno laboral le permita un desarrollo estable con sus trabajadores, que entienda que les tiene que seguir formando.

-Como docente, ¿cómo ve a las nuevas generaciones?

-Informadas pero distintas. De las cosas saben, pero una película muy superficial. Tienen difícil encontrar un puesto de trabajo. Y eso les frustra. Por eso acaban yéndose al extranjero. Y lo grave es que no les demos oportunidad de volver.

-Los dos últimos presidentes de la Generalitat han tratado de que los «cerebros fugados» volvieran a casa.

-Les hemos decepcionado. Hicimos un plan de retorno hace quince años y regresaron, pero luego no les dimos oportunidades. Les pagamos un sueldo, pero no les dimos dinero para investigar y muchos tuvieron que volver a irse. Ojalá ahora funcione, pero tenemos una condición presupuestaria que no sé si lo va a permitir. Lo que no debería haberse permitido es que los recortes hubieran tocado hueso, como lo han hecho en sanidad, educación o I+D+i.

-¿Qué Comunitat Valenciana tendríamos si hubiéramos tenido una financiación justa desde hace diez años?

-¡Uy!, pues como otras comunidades bien financiadas como Cataluña o País Vasco, que nos llevan quince años de ventaja. Tienen proyectos internacionales, tienen recursos... Nosotros progresamos, pero otros lo hacen más deprisa. Y ya fuera de España, ni le cuento.

-¿Cree que el Corredor mediterráneo es importante para nuestro desarrollo?

-Es importante para el país. Es razonable que si el puerto es una de las pocas multinacionales que hay en Valencia, no se le encarezca la conexión con Europa, porque de lo contrario no podrá competir con un rival que está solo a 350 kilómetros de distancia. Eso sí es una discriminación. Es escandaloso.

-Ha vivido en Estados Unidos (es doctor en Economía por la Universidad de Cincinnati, Ohio), ¿Cree que de algún modo la elección de Trump afectará a la economía española y valenciana?

-Su discurso es de un populismo hinchista, pero eso se le agotará. Agita la bandera de que EE.UU está perjudicada por la globalización, pero esa afirmación es falsa, porque no mira a quienes beneficia, y es a las grandes empresas. Ha sabido tocar la fibra. Cuando uno es brabucón y bocazas... De todos modos, no creo que sus políticas afecten de manera directa a la economía valenciana.

-¿Nos hará más daño el Brexit?

-Creo que sí, por el tema del turismo. Ya lo veremos.