Lanzadera duplica en su tercera edición el número de empresas innovadoras

«Lo importante son las personas, no las ideas». Ese es, según su director general, Javier Jiménez, el secreto del éxito de las empresas que triunfan en Lanzadera, el proyecto con el que el empresario Juan Roig pretende dar una oportunidad a empresas y talentos emergentes y que en su tercera edición acoge bajo su tutela a 32 iniciativas emprendedoras.

Las cifras de esta edición indican la buena salud del plan de ayudas del propietario de Mercadona. Seis millones de presupuesto para esta tercera convocatoria, casi 1.300 aspirantes y 32 equipos seleccionados, más del doble de los que se beneficiaron en la primera convocatoria. «Hay mucho talento y muchas ganas de hacer las cosas. Este año tenemos más experiencia y nos vemos más capacitados para apoyar a más gente», explicó al respecto Jiménez.

Entre estos proyectos, «muy innovadores y creativos», destaca Emotion research LAB (www.emotionresearchlab.com), una plataformavalenciana dirigida por María Pocoví y Alicia Mora y dedicada al análisis de las emociones del consumidor en tiempo real con el fin de anticipar la conducta de compra o elección. Pero las ventas no son el único campo en el que puede aplicarse esta tecnología, pues, según sus creadoras, es un instrumento muy útil en el ámbito de la criminología o la política.

Las modas han influido también en el tipo de empresas que tratan de abrirse paso. Así, los amantes del deporte pueden encontrar en «Runator» un red social y un punto de encuentro. «No somos una ‘app’ con la que salir a correr, sino una herramienta para que cada uno utilice lo que le gusta, pero con interactuación y pique entre corredores», explicó su creador, Bruno Muñoz.

La gastronomía, el fenómeno televisivo de los últimos dos años, cuenta también con representación en Lanzadera. «Take a chef» es un proyecto vasco que permite montar un restaurante en casa contratando a un chef profesional a elegir entre 800 profesionales de toda España.

Según el líder del proyecto, Galder Kabiketa, la oferta incluye cualquier especialidad gastronómica, desde la mediterránea (la más popular) a la japonesa, tailandesa o mexicana. El cocinero se encarga de comprar los alimentos, cocinar, servir la mesa y recoger. El cliente («hay mucha cita romántica») solo tiene que decir hora y lugar y abonar el servicio.

Están también «Slow Artist», que vende prendas hechas con materiales orgánicos y fabricados en España; «Acuérdalo», para vender productos, cuyo precio se negocia entre fabricante y cliente; «beGreen», («fast food» sano); o «Exovite» que mejora la rehabilitación de pacientes.