Sociedad

Las lluvias consiguen que la plaga de «tomicus» llegue a valores de normalidad

La Generalitat contabilizó más de medio millón de pinos muertos durante finales de 2014

Imagen de un pino afectado por la plaga de «tomicus»
Imagen de un pino afectado por la plaga de «tomicus»larazon

La plaga de «tomicus» convirtió en un secarral buena parte del monte valenciano. El pico de mayor virulencia se produjo durante los últimos meses de 2014. La Conselleria de Medio Ambiente contabilizó 528.163 árboles muertos y se dispararon todas las alarmas.

A día de hoy, la situación está próxima a « los valores de normalidad», según indica un informe del Departamento que dirige Elena Cebrián. En este estudio se certifica que desde 2014 se ha registrado una reducción paulatina de los pinos afectados semestre a semestre. De hecho, el último balance, fechado en diciembre de 2016, indica que los ejemplares infectados sumaron 5.538. Por provincias, 430 en Alicante, 1.677 en Castellón y 3.431 en Valencia.

La razón principal por la que la mortandad se ha reducido de manera tan importante es por el aumento de las lluvias. Un informe del Centro de Estudios Ambientales (CEAM) certificó que la sequía fue la principal causa de la proliferación de esta plaga.

De hecho, el periodo de mayor intensidad se produjo durante los años de extrema sequía, que afectaron a la Comunitat Valenciana desde septiembre de 2013 hasta comienzos de 2015.

La escasez de agua dejó muy debilitada la masa forestal y aumentó la vulnerabilidad frente a la plaga.

Tanto el «tomicus destruens» como el «orthotomicus erosus» ya existían en los montes valencianos, pero su efecto sobre los pinos no alcanzó la magnitud de plaga hasta que encontró unos árboles poco vigorosos.

Se trata de pequeños escarabajos que miden entre tres y 4,5 milímetros que se desarrollan entre la corteza y las maderas de los pinos. La hembra pone los huevos debajo de la corterza y en tres o cuatro semanas se desarollan las larvas, que se alimentan de los tejidos que transportan los alimentos de los árboles. El resultado es que cortan los vasos conductores de la savia y el árbol muere. En ese momento, estos escolítidos salen del árbol moribundo y ponen sus huevos en otros ejemplares. Si la población es muy grande es cuando tienen capacidad para afectar a pinos sanos.

De ahí, la importancia de actuar sobre los árboles afectados. Medio Ambiente descortezó y trituró 4.895 ejemplares y troceó 6.368. Además, colocó 150 trampas de feronomas y retiró 254.

En cualquier caso, el CEAM advierte de que no hay que bajar la guardia ya que todos los modelos climáticos predicen una disminución de las lluvias y un aumento de las temperaturas.