Financiación autonómica

Les Corts aprueban ahora reivindicar un sistema de financiación justo y equitativo

La propuesta del presidente Puig es prácticamente idéntica a la que el PP reclama desde el año 2009 y que la oposición nunca quiso apoyar de forma unánime

Debate encendido. Pese a la unanimidad de la propuesta, el debate fue encendido entre PP y el PSPV. El presidente Puig se apeó del tono institucional en la tercera intervención y ahí cometió errores.
Debate encendido. Pese a la unanimidad de la propuesta, el debate fue encendido entre PP y el PSPV. El presidente Puig se apeó del tono institucional en la tercera intervención y ahí cometió errores.larazon

Les Corts Valencianes aprobaron ayer de forma unánime instar al Consell a reivindicar al Gobierno de España una «reforma inmediata» del sistema de financiación, que tenga efectos desde el 1 de enero de 2014 (fecha en que vencía el modelo anterior), y que consolide para los valencianos «al menos, la media de financiación por habitante del conjunto de las comunidades autónomas.

La propuesta pide también «el reconocimiento del déficit de financiación acumulada» desde que se asumieron las distintas competencias y que sitúa en «al menos 12.433 millones de euros desde 2002 a 2013», así como la definición y el establecimiento de un mecanismo de compensación de estos déficits.

El tercer punto del documento se centra en la ejecución por parte del Estado de inversiones en infraestructuras equiparables, como mínimo, con el peso población de la Comunitat Valenciana compensando en todo caso la insuficiencia inversora de los últimos años.

La proposición de Les Corts relata en su exposición de motivos que «los valencianos siempre hemos sido solidarios con el resto de pueblos» y «motor de crecimiento y desarrollo para el resto de Comunidades autónomas», pero que ahora «la prosperidad valenciana no existe» y «la riqueza se ha agrietado». Pese a ello, los valencianos «seguimos pagando como ricos», como demuestran las cifras del propio Ministerio de Hacienda.

Señala la proposición que el dinero que se ha dejado de recibir (12.433 millones desde 2002) «equivale a más del cincuenta por ciento del crecimiento de la deuda pública».

Dicha propuesta aprobada por unanimidad, será enviada por el presidente de la Generalitat a los interlocutores de la sociedad civil: universidades, sindicatos, colectivos, etcétera, para que la suscriban y convertirla en una petición de los cinco millones de valencianos.

El jefe del Consell defendió en el Parlamento, en líneas generales, su proyecto de reforma del modelo de financiación , haciendo suyas las tesis que desde 2009 sostiene el PP y que el PSPV nunca apoyó siendo oposición.

Así, Ximo Puig habló de tres tramos de recursos. Por una parte, la garantía del nivel mínimo de los servicios públicos fundamentales que asegure a todos los españoles el mismo nivel de servicios de sanidad, educación y prestaciones sociales.

Un segundo tramo de suficiencia competencial para cubrir el resto de servicios transferidos; y un tercero de autonomía financiera, que permita a las regiones un espacio fiscal propio con sus propios niveles impositivos.

El discurso de Puig pretendió ser institucional en todo momento, y no hubo alusiones al pasado ni críticas al PP. Si acaso, dos pinceladas, una de cal y otra de arena. En el primer caso, Puig reconocía que el año 2000, bajo el Gobierno de Aznar, la Comunitat estuvo por encima de la media en inversión del Estado por la construcción del AVE. Por contra, en la segunda, casi al final de su parlamento, aludía a la «hipoteca reputacional por la corrupción y el despilfarro».

Los socios del tripartito aplaudieron la propuesta. Tan sólo Fran Ferri, de Compromís, exigió más al presidente, y le pidió que la propuesta de resolución fuera la base de una demanda en los tribunales si el Estado seguía inclumpliendo la Constitución y la Lofca con un modelo de financiación injusta.

Sin embargo, el PP, que adelantó a Puig que iba a apoyar su propuesta, le afeó que los socialistas no hicieran lo mismo cuando el PP propuso una iniciativa casi idéntica emanada del denominado «Informe de los Expertos» que la oposición, pese a suscribirlo, se negó a apoyar.

La síndica Isabel Bonig, en una intervención contundente y argumentada, le dijo a Puig que ni compartían «los lamentos de hoy ni los silencios cómplices» y recordó que algunos, como la hoy consellera Montón, firmaron el sistema de financiación de Zapatero, que supuso «colgar la soga política a la Comunitat.

Bonig pidió a Puig «que se vaya» por decir que «la autonomía valenciana es inviable sin financiación» y le dijo que «hoy se constata que el PP tenía razón cuando en 2009 empezamos a clamar en el desierto». Le acusó de estar ya en el Consell «cuando Lerma negoció mal el traspaso de competencias», que fueron asumidas sin la suficiente dotación financiera, algo que Puig reconoció posteriormente. «Si usted estuvo en el origen, no puede ser la solución». Bonig aprovechó para mostrar una foto de Ximo Puig con Lerma, en aquella época, y sorprendió al mostrar inmediatamente otra suya el día de su Primera Comunión: «cuando usted ya estaba, yo estaba tomando la Comunión».