Caso Gürtel

Magariños dice que fraccionar pagos fue orden de Generalitat

Niega que existiera lista de regalos de Orange Market para autoridades y renuncia a contestar sobre la caja B porque «está en la pieza de Madrid»

Mónica Magariños cerró la ronda de declaraciones de los imputados en la pieza de Fitur
Mónica Magariños cerró la ronda de declaraciones de los imputados en la pieza de Fiturlarazon

La secretaria de Orange Market, Mónica Magariños, continuó ayer su declaración después de que una fuerte migraña obligara a suspender el juicio el lunes. La imputada, para quien el fiscal pide cuatro años y nueve meses de cárcel, señaló que si se fraccionaron facturas, fue a petición de funcionarios de las Conselleries de Infraestructuras y Territorio, y que ella desconocía los procedimientos de los concursos públicos.

Magariños negó que existiera en Orange Market un listado de regalos para obsequiar a distintas autoridades y cuando éste le fue mostrado por el Ministerio Fiscal, dijo que no lo había visto en la vida. Así mismo reconoció su letra en una anotación a mano que ponía «pañuelo consellera» pero dijo desconocer a qué se refería. Su defensa explicó, ahondando en ese criterio, que en 2005 había cuatro conselleras en el Gobierno de la Generalitat.

Se negó a contestar sobre la existencia de una caja B de la que habría cobrado 22.000 euros, así como de la extracción de 500.000 euros de una caja de seguridad, «por encontrarse todo ello en una pieza de la causa Gürtel que se juzga en la Audiencia Nacional». Sí que admitió el cobro de 3.000 euros en efectivo como gratificación por el intenso trabajo desarrollado durante la preparación y celebración de Fitur 2005.

Magariños cerró la ronda de declaraciones de los imputados en la causa Fitur de la rama valenciana de la trama Gürtel

Tras ella comenzó el turno de los testigos que abrió el trabajador de Orange, Ignacio Blanch.

Explicó que conoció a Álvaro Pérez y que aceptó la gerencia de Orange Market «porque se iban a hacer muchas cosas en Valencia». Blanch dijo, asimismo, que su papel en la empresa era, sobre todo, de comercial y que él mismo se fue autoexcluyendo de la misma «porque había dos líneas de trabajo, una de los pequeños asuntos y clientes, que era la que yo quería desarrollar para ir cogiendo solvencia técnica y económica, y otra línea, que no me gustaba».

Dijo que poco a poco le fueron excluyendo e incluso le mandaban a reuniones inexistentes.

Blanch se contradijo en varias ocasiones y reconoció finalmente que contestaba a muchas cosas influido por lo que había leído en la prensa».