Espectáculos

«‘Priscilla’ es luz, es brillo, es color y también es verdad»

Las joyas del espectáculo: las tres artistas «drag» que ponen voz a la icónica banda sonora, otorgan, a dos días del gran estreno en Valencia, el anticipo de una obra que aspira llegar al millón de espectadores

Las tres «divas» hablan a La Razón de «Priscilla»
Las tres «divas» hablan a La Razón de «Priscilla»larazon

Por primera vez desde su inauguración en 2012, Espai Rambleta estrenará un musical de gran formato. Será a partir del primer día de noviembre y lo hará con la emblemática obra «Priscilla, reina del desierto».

Bajo la tutela de SOM Produce, la empresa líder en la producción de grandes musicales internacionales, entre los que se incluye «Sonrisas y lágrimas», «Chicago», «Grease» o «Cabaret», «Priscilla, el musical» representa, en palabras de la compañía, una firme apuesta. Así lo avalan los antecedentes de la obra.

Tras su paso por Madrid, 400.000 personas rieron y disfrutaron de «Priscilla» a lo largo de las dos temporadas que permaneció en el Nuevo Teatro Alcalá. En 2016 fueron 100.000 las que lo hicieron en el Teatre Tívoli de Barcelona. Entre el 1 y el 12 de noviembre será el turno para la capital del Túria.

-Tal como adelantó durante la presentación José María Cámara, socio y fundador de SOM Produce, se espera que «Priscilla» llegue al millón de espectadores tras su paso por Madrid, Barcelona, Bilbao y, ahora, Valencia. ¿Cómo se concibe esto desde dentro? ¿Son conscientes de que están a un paso de alcanzar un récord que solo Broadway y Nueva York ostentan?

-No somos conscientes, aunque en parte nos los podemos esperar dado la alta repuesta que «Priscilla» ha tenido siempre por parte del público. No solo es increíble, sino también un orgullo el hecho de que podamos alcanzar tal punto.

- En palabras de Cámara, «Priscilla» supone una gran apuesta para SOM. Tratándose de una de las grandes compañías en producción de musicales internacionales, ¿se trata de un halago escuchar esto o más viene lleva consigo cierta presión?

-Para nosotras supone un gran halago que se nos tenga en esa consideración. Es un lujo formar parte de esta productora siendo una de las más importantes de este país, pero todo ello conlleva una gran responsabilidad. Nos debemos a nuestro trabajo y más con lo exigente que es esta profesión. De manera que tenemos que estar a la altura.

-A pesar del carácter lúdico y alegre, «Priscilla» esconde un mensaje de denuncia: el reconocimiento -o cuenta menos la aceptación- del colectivo LGTB, mediante la diversión, la fiesta, y especialmente, a través de un mensaje de «normalidad». Cámara relató que el «mejor activismo es la vida misma». ¿Apoyan esta afirmación?

-Claro que el mejor activismo es la vida misma. «Priscilla» es luz, es brillo, es color y también es verdad. Es vital venir a ver este «show», por lo que cuenta, por lo que muestra y por lo que te hace sentir.

- Hace 20 años en Londres, cuando «Priscilla» se trasladó por primera vez de la gran pantalla a los escenarios, Jose María Cámara comentó que al término del espectáculo hubo un altercado con agresiones físicas a un colectivo LGTB. Una situación muy dispar a la vivida hoy día, donde todo tipo de personas, incluso familias con niños acuden a ver y disfrutar del espectáculo. ¿Cómo de importante es el arte para afianzar esta nueva realidad?

-Las familias con niños son los primeros que deberían venir a este «show», básicamente porque los más pequeños tienen que ver y darse cuenta de lo que habla esta obra. Es muy importante la concienciación de la sociedad y, sobre todo, si tienes la suerte de hacerlo a través del espectáculo. Que sea el arte el que transmita este mensaje. Me parece primordial que niños en temprana edad lo reciban.

-Tal como confesó Cámara, las tres divas son las «joyas» del espectáculo. Un argumento que basa en que de entre todo el colectivo acaban siendo las más aplaudidas. Ustedes mostraron a los medios un pequeño aperitivo de lo que será «Priscilla, el Musical» y, sin duda, estuvieron magníficas. ¿Acostumbran a recibir cálidos halagos?

-Recibimos críticas tanto positivas como negativas. Últimamente más positivas, porque «Priscilla» es muy buen «show». Causa muy buena sensación entre el público, de manera que la gente no se queda indiferente tras cada función.

-Durante las dos horas y media que dura la función deben cantar y actuar a varios metros sobre el suelo, únicamente sostenidas por unos arneses. Entiendo que toda esta serie de factores conlleve a que el esfuerzo físico se multiplique.

-Se multiplica. Estamos cantando en el aire, no tenemos un apoyo físico sobre el que cantar, lo que hace de esta acción todavía más difícil, pero es muy divertido y muy bonito. Nosotras nunca habíamos cantado en el aire y vivir esa sensación es un regalo.

-En este sentido, ¿cuánto tiempo destinan a trabajar la voz, las actuaciones con el resto del grupo y también la resistencia física?

-Estar entrenado y en forma es esencial y primordial. El entrenamiento forma parte de la vida del artista. Estamos siempre en un constante entreno vocal, físico y actoral. El trabajo ha de ser máximo, y más ahora en una obra como esta donde la exigencia es mucho más alta.

-El espectáculo contempla 23 cambios de escenografía y lo componen 40 artistas. La coordinación, la eficiencia, el entendimiento entre cada uno de los engranajes que dan vida a esta historia ¿debe ser máxima?

- «Priscilla» no solo lo conforma los personajes que salen en el escenario, detrás hay un entramado de gente haciendo la otra función. De modo que si no trabajamos conjuntamente, codo con codo, que es lo que hacemos, este «show» no rueda. Nosotros decimos que hay dos coreografías; la de fuera y la de dentro, y es necesario, incluso vital, que todo el mundo esté compenetrado para poder llevarla a cabo.

- Ante todo, debido a ese carácter festivo que desprende la obra, supongo que los ensayos a la par que duros y exigentes también habrán sido muy divertidos.

-Han sido muy divertidos pero mucho más duros y exigentes. Recordamos momentos incluso malos. Pero lo bueno que tiene la temática que trata es que la escena siempre te aporta una energía positiva, aunque hayas tenido un día de bajón, sales con una inyección de positivismo de los ensayos.