Comunitat Valenciana

Un monitor acepta un año y medio por el ahogamiento de un niño a su cargo

La Razón
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Un monitor ha aceptado una pena de un año y medio de prisión y otra monitora ha asumido un año de cárcel por la muerte en julio de 2013 de un niño de cuatro años y medio que estaba a su cargo y que se ahogó en la piscina de escuela de verano del colegio privado Los Olivos de Campoliva.

Un monitor ha aceptado una pena de un año y medio de prisión y otra monitora ha asumido un año de cárcel por la muerte en julio de 2013 de un niño de cuatro años y medio que estaba a su cargo y que se ahogó en la piscina de escuela de verano del colegio privado Los Olivos de Campolivar, en Godella (Valencia), informa Efe.

Así se desprende del acuerdo alcanzado entre Fiscalía y las defensas antes de la celebración del juicio por estos hechos, un pacto por el que el monitor también acepta dos años y medio de inhabilitación profesional para desarrollar cualquier actividad docente relacionada con la vigilancia de menores, una prohibición que para su compañera es de año y medio.

El suceso se produjo sobre las 12.30 horas del 1 de julio de 2013, cuando el pequeño, que acudía a la escuela de verano del centro, se bañaba en la piscina, que estaba siendo vigilada por los dos acusados.

Estos le practicaron los primeros auxilios mientras se alertó al teléfono 112 de Emergencias, y poco después se personaron en el lugar agentes de la Policía Local de Moncada y una ambulancia SAMU, que trasladó al menor al Hospital La Fe, donde falleció.

Según el relato de hechos asumido por los procesados, al que ha tenido acceso EFE, la víctima, de cuatro años y medio, participaba en la escuela de verano desarrollada en el colegio privado Los Olivos, en la que el monitor, de 25 años, era encargado y responsable de la piscina y la monitora, de 21, era profesora auxiliar encargada del grupo de niños entre los que se encontraba el pequeño.

Sobre las 12.30 horas, la monitora llevó al niño a una de las piscinas del centro, de las que se encargaba su compañero, quedando los dos acusados a cargo del grupo de menores que allí estaba.

A continuación, el encargado introdujo a los niños en el agua "sin tomar la precaución básica de comprobar cuáles sabían nadar, lo que resultaba imprescindible, ya que la piscina cuenta con una profundidad de 112 centímetros y se trataba de niños de muy corta edad y escasa altura, midiendo la víctima 108 centímetros".

"Tampoco se proporcionó a los menores manguitos ni flotador de clase alguna", y los monitores "no prestaron a los niños la vigilancia necesaria para garantizar su seguridad e integridad física", pues "se pusieron a reprender a algunos de los menores sin prestar atención al resto".

De este modo, "perdieron de vista"a la víctima "durante unos momentos"y, "al volver la mirada la acusada", se encontró con que el pequeño "yacía boca abajo en la piscina".

Alertó de ello a su compañero, quien procedió a sacar al niño del agua e iniciar las maniobras de reanimación con ayuda de otro trabajador del centro, pero estas resultaron infructuosas, dado que el menor "ya se encontraba en situación muy crítica", y se le trasladó al hospital, donde "falleció casi inmediatamente".

La autopsia practicada al escolar reveló que había fallecido debido a "asfixia por inmersión", una situación "directamente producida por la falta de vigilancia por parte de los acusados", según el escrito.