Violencia radical

Ataque radical a la capilla de la Autónoma con un cóctel molotov

Un grupo de vándalos trató de incendiar ayer el templo religioso de la universidad rompiendo sus cristales para lanzar al interior un artefacto incendiario. En la fachada dejaron una pintada con la frase «la iglesia que ilumina es la que arde».

El suceso se produjo de madrugada, pero no quedó registrado por ninguna cámara.
El suceso se produjo de madrugada, pero no quedó registrado por ninguna cámara.larazon

Un grupo de vándalos trató de incendiar ayer el templo religioso de la universidad rompiendo sus cristales para lanzar al interior un artefacto incendiario. En la fachada dejaron una pintada con la frase «la iglesia que ilumina es la que arde».

Como si de una tradición se tratase; de nuevo, finales de junio, ataque en la capilla de la Universidad Autónoma, en Cantoblanco. Ocurrió la madrugada de ayer aunque la Policía investiga la franja horaria exacta, porque no fue hasta las 7:00 horas cuando los vigilantes de seguridad del complejo universitario se percataron del olor a quemado. Se dirigieron entonces a la pequeña capilla, situada a apenas unos 100 metros de la parada del Cercanías de la universidad, y comprobaron que había sido atacada por unos radicales. Según explicó ayer una portavoz de la Jefatura Superior de la Policía Nacional de Madrid, había una cristalera fracturada y un objeto incendiario en el interior. Los vándalos, al parecer, lanzaron ese artefacto para romper los cristales y dañar el interior del templo religioso. Dentro, denunció el propio Arzobispado, había daños en las paredes, una puerta y una imagen de San José. La talla había sido quemada, según fuentes policiales, por el artefacto incendiario que los radicales lanzaron al interior y que también fracturó varias vitrinas. Pero en el exterior no sólo se encontraban rotos los cristales. Como ya viene siendo habitual, una enorme pintada en rojo dejaba una pista sobre los posibles autores del acto vandálico o sus ideales: «La iglesia que ilumina es la que arde». Los autores serían responsables de un delito contra los sentimientos religiosos y de daños.

Por su parte, el Arzobispado de Madrid emitió ayer un comunicado censurando el nuevo ataque que ha sufrido la capilla de la Universidad Autónoma. «El Arzobispado de Madrid reza por los responsables y manifiesta su dolor por este tipo de actos que quiebran la verdadera convivencia en sociedad», insistió para recalcar que la universidad debería ser el lugar por excelencia «de búsqueda de la verdad y confrontación racional de ideas; un lugar donde siempre se defienda la verdadera libertad, cuya expresión más auténtica se manifiesta en la libertad religiosa como subraya la Iglesia y se reconoce en los Derechos Humanos», destaca. El Arzobispado de Madrid agradeció asimismo la condena del ataque por parte de las autoridades académicas de la Universidad Autónoma y su interés por esclarecer lo ocurrido.

El propio arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, manifestó su repulsa sobre lo ocurrido a través de su perfil oficial de Twitter: «Respetemos y protejamos la libertad religiosa. Atacar lugares donde los creyentes vivimos nuestra fe menoscaba la libertad de otros».

Esta vez, afortunadamente, la capilla no llegó a arder y los daños, aunque cuantiosos, podrán ser subsanados. Más agresivo quizás, al menos en los mensajes que se lanzaron en el interior, fue el ataque que se produjo en el mismo templo hace un año. El 15 de junio de 2016, la misma capilla apareció con otra tanda de mensajes hirientes para los feligreses. También con espray rojo, los radicales escribieron en la pared: «Educación laica», «Aborto Libre». Además, en esta ocasión, tiraron panfletos en el interior del templo donde criticaban la presencia de capillas en lugares de estudios. «La Universidad lleva años fabricando personas para beneficiar a los grandes poderes económicos. Lleva años sucumbiendo a los poderosos a cambio de una propina insignificante para sus bolsillos. Lleva años adoctrinando a los futuros explotados por el sistema capitalista en el que poco importan las personas al lado de los beneficios...». «Nos enseñan a obedecer órdenes, a competir con nuestros compañeros por tener un mejor expediente o a creernos superiores a los demás por estar en al Universidad o tener mejores notas». En aquella ocasión, según testificó el capellán del templo, Miguel Fernando García, ante la Policía, no se habían llevado nada de valor del interior. Esta vez parece que tampoco. Y es que, la intención de los radicales no parece otra que provocar daños para colar su mensaje laico y protestar por la presencia de un espacio religioso en la universidad. Ayer, puede que llegaran más allá y su intención fuera incendiar el templo pero no lo consiguieron.

Al igual que el ataque del año pasado, es la Brigada Provincial de Información, especializada en radicalismos, investiga lo ocurrido. También acudieron al lugar agentes de la Policía Científica, que tomaron huellas y distintas muestras, así como la recogida del artefacto explosivo que, tras su análisis, podrá poner sobre al pista a los investigadores para tratar de dar con los autores del acto vandálico. Uno de los principales hándicaps de esta investigación es la ausencia de cámaras de videovigilancia en las inmediaciones. Al parecer, las más cercanas son las de la estación de Renfe de Cantoblanco-Universidad pero los agentes creen que, a las horas que fue producido el ataque, los autores llegarían al lugar y huirían del mismo en un vehículo particular, por lo que es muy probable que no se hayan tomado imágenes de los mismos.