Operación Policial

Cae la organización de «La Abuela» con más de media tonelada de coca

El Grupo de Estupefacientes de la Policía ha detenido a 25 personas en esta operación

La Policía tuvo que romper los bloques para sacar de su interior (protegidos con poliespan) los paquetes de coca
La Policía tuvo que romper los bloques para sacar de su interior (protegidos con poliespan) los paquetes de cocalarazon

El Grupo de Estupefacientes de la Policía ha detenido a 25 personas en esta operación.

Hacían importantes entradas de cocaína cada tres, cuatro meses: 50, 100 kilos, según pudieran. No utilizaban siempre el mismo método ni solían repetir vía de entrada; ni siquiera se conocían entre ellos, sólo enlaces clave. Por todos estos motivos, entre otros, ha sido tan complicado desenmarañar la última organización de narcotraficantes desmantelada por el Grupo 15 de Estupefacientes de la Policía Nacional de Madrid. Han estado año y medio investigando y finalmente han podido arrestar a 25 personas (15 de ellas ya en prisión provisional) en el marco de la «operación Princesa», que concluyó la semana pasada y en la que se han incautado unos 522 kilos de cocaína de en torno al 80 por ciento de pureza. Tendría unos 18 millones de euros de valor en el mercado. Y es que, a los 400 kilos de este estupefaciente interceptados en una furgoneta que salía de un polígono de Villaverde hay que sumar los 62 que aparecieron hace un par de meses en las playas de Denia y Jávea. Aquella vez los lanzaron adosados a un bidón flotante, pero el que debía recogerlos se olía que la Policía andaba cerca y prefirió dejarlos. La organización estaba liderada por dos cabecillas de origen colombiano y mexicano, de unos 40 años. El principal, que aún no ha sido detenido pero está localizado, era J. M. R. R., al que se referían como «La Abuela» en las llamadas telefónicas interceptadas con la autorización de un juzgado de Fuenlabrada, donde se judicializó el caso porque allí residía uno de los integrantes de los que empezaron a «tirar».

Tenían a algún contacto en los puertos y la cocaína podía entrar por Galicia, Tarragona, Valencia y hasta Rotterdam o Amberes, en función de la viabilidad de cada temporada. Un método habitual era en contenedores de buques con empresas pantalla o legales, que están siendo investigadas.

Estaban bien jerarquizados (había encargados del transporte, del envío de dinero, de caletear los coches o del cobro de deudas), habían ido perfeccionando su técnica y recientemente habían adquirido nueva logística: nuevos pisos alquilados y vehículos nuevos. Parecía que se estaban preparando para una entrada grande y así fue. En esta ocasión, los 400 kilos los introdujeron en bloques de construcción de los que se utilizan para chimeneas o barbacos. Esto llamó la atención de los investigadores, ya que este tipo de ladrillos no se suelen importar porque se hacen en España. Tras su recepción en Valencia, los llevaban hasta una nave de Marconi y, de ahí, se distribuía a pisos francos y también de vuelta a Valencia, por lo que el riesgo que asumía la organización era notable (viaje de ida y vuelta a Levante cargados de coca). Los agentes interceptaron una furgoneta que salía de Madrid hacia Valencia y en la nave de Villaverde tuvieron que romper a a mazazos (con ayuda de los agentes del GOIT) los bloques que contenían en su interior la cocaína. Según destacó ayer el Jefe Superior de Policía de Madrid, Alfonso Fernández, llevaban una vida discreta, como un «comercial cualquiera» con salidas a otros países. Y es que una de las principales características de esta organización es que sacaban todo el dinero fuera de España. O bien en maleta de mano o mediante el «pitufeo».

Santera cubana

La otra curiosidad de esta organización es que confiaban importantes decisiones a una santera o «adivinadora» de Toledo, según explicó el comisario jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial, José Luis Conde. No es que se encomendaran a su suerte antes de una importante operación, como ya hacía la famosa banda de «Los Miami». Esta organización, al parecer, dejaba la toma de decisiones «muy importantes» en manos de esta santera. Aspectos como, por ejemplo, cuándo o a quién comprar. Hasta se sometían a rituales con sangre de animal incluido, según fuentes policiales. No les trajo mucha suerte.

La última operación del «jefe» Conde

22 años al frente de la Brigada Judicial de Madrid dan para muchas anécdotas. Y para muchos quebraderos de cabeza. Es complicado elegir sólo algunos éxitos del comisario José Luis Conde, que ayer dio su última rueda de prensa con la espontaneidad que siempre le ha caracterizado. No es fácil tampoco que hablen bien de un mando tan destacado en otros cuerpos policiales, ni que sea respetado hasta por gente del hampa. Conde ha sabido ganarse el respeto dentro y fuera del Cuerpo, donde tiene mucho que hacer. Y es que ahora podrá dedicarse a fondo a su lado más humanitario. Quizás sea la cara menos conocida de este comisario, que ayer colgaba el uniforme después de 35 años entregado al CNP.