Ahora Madrid

89% más atascos en el Día sin Coches

Las retenciones de tráfico aumentaron un 59% en hora punta porque sólo un 1% de los madrileños optó por dejar el vehículo aparcado. Carmena «celebró» la jornada: «En Madrid el nivel de atascos es pequeño», dijo

En las calles de Madrid los embotellamientos se alargaron hasta el mediodía
En las calles de Madrid los embotellamientos se alargaron hasta el mediodíalarazon

Las retenciones de tráfico aumentaron un 59% en hora punta porque sólo un 1% de los madrileños optó por dejar el vehículo aparcado. Carmena «celebró» la jornada: «En Madrid el nivel de atascos es pequeño», dijo

A veces, las buenas intenciones se quedan en eso, en buenas intenciones. Aspiraciones idílicas que en la práctica fracasan de forma estrepitosa y que, de un plumazo, devuelven a la realidad a los soñadores. Y por eso hoy Madrid tiene que reconocer que el Día Sin Coches no ha sido lo que esperaba.

Según los datos lanzados por el Centro de Gestión de la Movilidad del propio Ayuntamiento, las retenciones en el tráfico de ayer aumentaron con respecto a un jueves tipo un 59% a las 10:00 horas, alcanzando la alarmante subida de un 89% una hora después. Es decir, que una jornada que pretendía hacer de la capital un ejemplo de ciudad sostenible con el cierre al tráfico del tramo de la calle Bravo Murillo entre Fernández de los Ríos y la Glorieta de Quevedo acabó por ser un día de destaque, sí, pero por sus múltiples atascos porque sólo un 1% de los conductores optó por otros medios de transporte.

Como no podía ser de otra forma, el caos se apoderó de Madrid en sus horas puntas durante la mañana, cuando cientos de ciudadanos se desplazan desde sus casas hasta sus puestos de trabajo. El resultado: una intensidad de tráfico por encima de lo habitual y un Día Sin Coches amenizado por el estresante sonido de las bocinas.

Los principales causantes de esta situación fueron dos accidentes en el kilómetro 56 de la M-40 –uno por cada sentido–, que provocaron retenciones de diez kilómetros en la A-1 y en la A-2, afectando considerablemente a las entradas a Madrid –según informó la Dirección General de Tráfico (DGT)–. Los parones se extendieron pronto a la M-30 y a sus ramales, donde se registraron varias incidencias entre las 8:00 y las 10:00. De hecho, se abrió al tráfico el carril Bus-VAO de la A-6.

A pesar de todo, la alcaldesa se mostró ayer optimista frente a los medios: «Yo hago un análisis semanal de este tipo de atascos, y aunque os parezca mentira, el nivel de atascos es pequeño; Madrid no tiene un nivel grande de colapso circulatorio, salvo algunos días» –a lo que añadió que el gran día de colapso, que anualmente se repite durante el mes de septiembre, aún no ha llegado–. Lo que sí reconoció Manuela Carmena fue la necesidad de concienciar a la ciudadanía sobre los beneficios de encontrar una alternativa al coche privado para sus pequeños desplazamientos, un proceso que se le presenta como complejo y lento. La alcaldesa quiso compartir su esperanza con los periodistas recordando que «cada vez se venden más bicicletas en España y en Madrid, y eso sí –dijo– es la prueba de algodón». Fuentes del Área de Movilidad del Ayuntamiento sí reconocieron, sin embargo, su descontento con el desarrollo de esta iniciativa: «La imagen del día de hoy no es la que querríamos».

Las múltiples reacciones ante una paradoja como ésta no se hicieron esperar, como en la jornada «Movilidad inteligente. Economía fuerte. Sociedad inclusiva» que se celebró también ayer en la sede de Comisiones Obreras (CC OO). Durante la reunión, el sindicato reclamó la creación de una Ley de Movilidad con la que disminuir los atascos que tanto afectan a la calidad de vida de los trabajadores, pues, según se denunció allí, dilatan considerablemente los tiempos de desplazamiento desde casa al puesto de empleo. El momento era el idóneo, pero no tanto por ser el Día Sin Coches como por parecerse más a un «Día de los Atascos», tal y como ironizó el secretario general de CC OO de la Comunidad, Jaime Cedrún. También aquí, el portavoz de la Mesa Española de Bicicletas, Carlos Núñez, habló de la necesidad de elaborar un Plan Estatal de Bicicletas para promover el uso de este transporte, y así, reducir los atascos y la contaminación.

Por supuesto, el debate se mantuvo vivo durante toda la jornada en redes sociales como Twitter, donde a eso de las seis de la tarde, Manuela Carmena publicó el siguiente mensaje: «Poco a poco vamos concienciándonos y cambiando cómo nos movemos por Madrid. Nuestra salud lo merece». No hubo que esperar demasiado a las respuestas ciudadanas, en muchos casos, exigiendo más incentivos para usar el transporte público en un día como el de ayer. «Bien el Día Sin Coches, pero si el transporte público no acompaña, no avanzamos. Más de 20 minutos esperando al Cercanías y no llega», se quejaba una usuaria. «Ah, y por cierto, en el Día Sin Coches de Bruselas el transporte público fue gratuito. ¿Ha sido así en Madrid?», remataba otro.

Así las cosas, no podemos sino lamentar que, en el marco de la Semana Europea de la Movilidad, en Madrid el Día Sin Coches ha sido de todo menos un día sin coches. Quizás por desconocimiento de sus beneficios, de las alternativas o de la convocatoria en sí; puede que porque haya suscitado poco interés entre una ciudadanía muy acostumbrada a la rutina; y seguro también por falta de previsión desde el Ayuntamiento.

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Un 235% más de accidentes

Además de un día negro para los atascos en la capital, la jornada de ayer también se batió un récord de accidentes de tráfico que aumentaron un 235% respecto a cualquier otro día. Se produjeron un total de 13 accidentes en plena hora punta de la mañana cuando, habitualmente, la cifra media de este tipo de siniestros de tráfico en las calles de la capital no supera los 5,53 incidentes. El cierre parcial de algunas vías con motivo del Día sin Coches, unido a estos incidentes, provocó que los embotellamientos fueran superiores a los de cualquier otro jueves.

«...con Carmena al suelo»: el PP recuerda los socavones

El Grupo Municipal Popular relató ayer en un vídeo, con el titulo «De Madrid al cielo... y con Carmena al suelo», las dificultades de desplazarse en bicicleta por una capital «agrietada por socavones». El vídeo fue grabado en su mayoría desde el manillar de una bicicleta y en él se observa «un asfalto agrietado, socavones, carriles bicis sin pintar y aceras inexistentes». El recorrido comienza en la Plaza de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid, sube por la calle Alcalá para dirigirse por la calle Alfonso XII, paralela al Retiro, y adentrarse posteriormente por el casco histórico de Madrid a través de Sol, calle Mayor y sus vías adyacentes, por la que diariamente circulan cientos de ciclistas, motoristas y conductores. En su trayecto también cruza la Gran Vía, una de las arterias principales de la capital, y circula por Bravo Murillo y San Bernardo, en donde el ciclista encuentra, para los populares, «serias dificultades para desplazarse».