Madrid

Carmena abrirá el Club de Campo a los colegios con cargo a los abonados

El Ayuntamiento no invierte ni un euro en el Club de Campo que se autofinancia con las cuotas de los abonados y patrocinadores
El Ayuntamiento no invierte ni un euro en el Club de Campo que se autofinancia con las cuotas de los abonados y patrocinadoreslarazon

Que la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, quiere acabar con privilegios del Club de Campo Villa de Madrid no es nada nuevo, pero el medio por el que va a abrir las instalaciones deportivas junto a la Casa de Campo es cargar la factura a los abonados del club. Tal y como adelantó LA RAZÓN el último Consejo de Administración, presidido por la concejala de Cultura, Celia Mayer, se confirmó la intención del Ayuntamiento de Madrid de abrir las canchas que menos uso tienen por las mañanas a los escolares madrileños. La novedad es que el coste del aprovechamiento de las pistas de padel, tenis y de prácticas de golf, además del transporte de los niños, se financiará única y exclusivamente con las cuotas de los abonados.

Así lo confirmó ayer el gerente del Club, Alfonso Segovia, que cuenta las horas para su cese, previsto para la próxima reunión del Consejo de Administración. «En los presupuestos que se deben aprobar la próxima semana se me pidió que valorara el coste del transporte de los colegios que usarán las instalaciones del club, pero no se prevén otros ingresos que las cuotas de los socios, que no varían», aseguró Segovia. Actualmente, el Club de Campo es una sociedad mixta en la que el Ayuntamiento de Madrid tiene el 51% de las acciones, mientras que el 49% restante se divide entre Patrimonio Nacional y la Sociedad Hípica Española, que se sostiene exclusivamente de las cuotas de los abonados, las tarifas de acceso y de las clases, y acuerdos puntuales de patrocinio. Es decir, los madrileños no tienen que poner un euro de los presupuestos municipales para mantener el club.

El proyecto de Carmena es aprovechar mejor las instalaciones que tienen menos uso, especialmente durante el horario matutino, cediendo las mismas a los colegios sin coste, pero tampoco están dispuestos, según aseguró Segovia, a aportar un euro a las arcas del club, de modo que serán los abonados los que financien las políticas municipales a la vez que se les restringe el uso de las canchas cuando sean utilizadas por los escolares. «En el presupuesto está prevista una congelación de las tarifas y las cuotas, así como la entrada de 800 nuevos abonados para sufragar los gastos del club y realizar algunas inversiones necesarias para el mantenimiento, como las ITE de los edificios», explicó el gerente, que advierte de que podría peligrar la autofinanciación del club si se suman más partidas de gasto como la entrada de los colegios y no hay ingresos extraordinarios.

Porque a los abonados no les ha sentado nada bien que se disponga de su cuotas para dicho fin sin consultarles y muchos consideran que si quieren abrir las instalaciones a los escolares debería de ser el consistorio madrileño quien asuma el coste. Es más, muchos de ellos se han unido en la Asociación de Abonados del Club de Campo Villa de Madrid que pretende «velar por los intereses de todos los abonados» y lograr que «se nos considere como parte integrante y fundamental en el mantenimiento y desarrollo del club y que nuestra aportación no sea limitarse al pago de una cuota anual».

«Hay una preocupación general, no sólo entre los socios, sino también entre los empleados por los rumores de que Carmena va a reformar toda la estructura del club, que se sostiene desde hace muchos años con las cuotas de los abonados», señala uno de los integrantes de la Asociación de Abonados del Club de Campo Villa de Madrid, que considera que si la alcaldesa quiere convertirlo en «un patio de recreo» debería pagarlo el Ayuntamiento.

Es más, muchos de los abonados se están planteando emprender acciones judiciales y, en primer lugar, impugnarían los presupuestos si se consignan partidas a cargo de las cuotas que no sean para los fines del club de campo. «Para poder hacerlo deberían cambiar los estatutos y no se puede pedir a los abonados que paguen lo mismo y, además, restringirles el uso de las instalaciones», reclama, y acusa a Carmena de «usar el patrimonio municipal a favor de intereses políticos, como en el Patio Maravillas».