Asamblea de Madrid

Cifuentes ignora a Ciudadanos

No cede a la exigencia de Aguado de bajar el IRPF a pesar de la amenaza de su socio de investidura de no apoyar los presupuestos.

Cifuentes, ayer, en la Puerta de Sol
Cifuentes, ayer, en la Puerta de Sollarazon

No cede a la exigencia de Aguado de bajar el IRPF a pesar de la amenaza de su socio de investidura de no apoyar los presupuestos.

La cuerda que une a Cristina Cifuentes e Ignacio Aguado no deja de tensarse. La presidenta de la Comunidad ha decidido ignorar las peticiones –convertidas en exigencias– de su socio de investidura; y el portavoz de Ciudadanos amenaza con romper el status quo que ha permitido hasta ahora al Gobierno regional sacar adelante los presupuestos.

El último capítulo de la serie de desencuentros que protagonizan desde que pasó el ecuador de la legislatura tiene como protagonista el IRPF. Aguado volvió de las vacaciones exigiendo a Cifuentes que lo bajara para el próximo ejercicio económico. De no hacerlo, le amenazó con no darle su apoyo en los presupuestos regionales para 2018. Ayer Cifuentes le contestó que no lo hará. «Deberá pactar (entonces) los presupuestos con PSOE y Podemos», remachó el líder de Ciudadanos en la Asamblea.

Aunque estos «pimpinelas» siempre han existido entre Cifuentes y Aguado, lo cierto es que en la Puerta del Sol ya tienen asumido van a producirse cada vez más a menudo y que las reconciliaciones van a ser más difíciles. El motivo es doble. Por parte del PP, Cifuentes se ve fuerte. Pasada la crisis de los papeles de la UCO, convertida en presidenta del PP y con la mayoría de los acuerdos recogidos en el pacto con Ciudadanos cumplidos, la presidenta de la Comunidad se siente reforzada y menos dependiente de la formación naranja.

Por parte de Ciudadanos, Ignacio Aguado ha decidido desequilibrar la balanza interna de la formación naranja y dar más protagonismo al papel de oposición frente al de socio de investidura. De hecho, su formación ha pasado de presentar los presupuestos regionales de 2017 de forma conjunta con el Gobierno regional, a amenazar con no apoyarles. Detrás de esta transformación está la cercanía de las elecciones y la necesidad de Ciudadanos de reivindicarse como un partido diferenciado del PP y el deseo, manifestado por el propio Aguado, de repetir como candidato a los próximos comicios. «Mi voluntad es seguir defendiendo los intereses de los madrileños. Para mí es un orgullo y si los afiliados quisieran que continuara la legislatura que viene, estaría contento, satisfecho y orgulloso de que así fuera», manifestó ayer mismo. Aguado ha querido seguir el camino avanzado por el líder de su partido, Albert Rivera, que ha pactado con el Gobierno de Mariano Rajoy una bajada del IRPF. Sin embargo, en el Gobierno regional consideran que el grado de cumplimiento de los 76 puntos del pacto de investidura es muy alto y entienden que por ese motivo el acuerdo no debería peligrar. De ahí que Cifuentes se niegue a cumplir «por ahora» la exigencia del IRPF: «No está en el acuerdo de investidura», repiten en su entorno.

La relación entre ambos partidos se ha endurecido en los últimos meses. El pasado mes de junio, la presidenta regional no acudió a una reunión con Aguado en la que se iba a hacer seguimiento del cumplimiento del pacto. El «plantón», que causó un enorme enfado en Cs, se produjo justo después de que Cifuentes y el diputado «naranja», César Zafra, se enzarzaran en la comparecencia de la primera en la Asamblea a cuenta de un informe de la UCO que pedía su imputación.