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Una diputada del PSOE salva las cuentas a Cifuentes

La ausencia, sin avisar, de la popular González-Moñux no pudo ser aprovechada por la pinza PSOE-Podemos para tumbar el proyecto por la baja de una parlamentaria socialista operada recientemente.

La diputada González-Moñux, a quien se esperaba puesto que su voto es decisivo, no acudió al escaño dejando a su grupo en minoría.
La diputada González-Moñux, a quien se esperaba puesto que su voto es decisivo, no acudió al escaño dejando a su grupo en minoría.larazon

La ausencia, sin avisar, de la popular González-Moñux no pudo ser aprovechada por la pinza PSOE-Podemos para tumbar el proyecto por la baja de una parlamentaria socialista operada recientemente.

La Comunidad de Madrid ya tiene presupuestos para el año en curso después de casi cinco meses de negociaciones entre los grupos parlamentarios. Y es que el frágil equilibrio de fuerzas políticas en la Asamblea, unido a los problemas de salud en todas las bancadas complican extraordinariamente la aprobación de las cuentas regionales. De hecho, ayer fue una diputada socialista quien dio al PP la mayoría necesaria para, con el apoyo de Ciudadanos, sacar adelante los presupuestos. Pese a que la duda pesaba sobre la representante popular, Elena González-Moñux, de baja desde el pasado mes de octubre, y cuyo voto es vital para obtener un punto de ventaja sobre el tándem PSOE-Podemos, finalmente fue la ausencia por baja médica también de la diputada del PSOE la que inclinó la balanza.

La socialista, según explicó el portavoz de su grupo, Ángel Gabilondo, tuvo que ser operada de urgencia por una afección ocular y su médico le recomendó reposo absoluto, por ello «aunque se planteó que acudiese a votar incluso en ambulancia», finalmente se decidió que no poner en riesgo su salud. Una circunstancia que debió aprovechar González-Moñux para evitar hacer acto de presencia en el hemiciclo vallecano, pese a que a primera hora de la mañana el portavoz del PP, Enrique Ossorio confiaba en que acudiría a la Cámara madrileña.

La diputada del PP, de baja por depresión debido a un enfrentamiento laborar precisamente con Ossorio, sí acudió el pasado 6 de abril a la Asamblea para impedir con su voto que saliesen adelante las enmiendas a la totalidad de los presupuestos de 2017 presentadas por PSOE y Podemos. Entonces, también fue necesaria la presencia de otras dos diputadas de baja –Isabel Redondo del PP y Lorena Ruiz-Huerta de Podemos–, para poder romper el empate entre socialistas y la formación morada, frente a los populares junto a Ciudadanos. Sin embargo, la ausencia también de un diputado del PSOE, Daniel Viondi, supuestamente por motivos familiares, hizo hasta cierto punto innecesaria la presencia de González-Moñux, que había acudido a votar visiblemente afectada.

Ante la expectativa de que se repitiese la situación y teniendo en cuenta que la votación de las enmiendas parciales es muy prolongada, la diputada del PP consideró que no era «necesario» su voto –en febrero afirmó que acudiría a la Asamblea siempre que fuese necesario–. Al respecto, el portavoz popular no quiso explicar quién había avisado o recomendado a González-Moñux que no fuese a votar tras confirmarse la ausencia de la diputada socialista, si bien afirmó que no se abrirá ningún expediente y detalló que no tiene comunicación con ella después de las denuncias que se cruzaron respecto a un supuesto acoso laboral entre ambos.

Una circunstancia que criticó el portavoz de Ciudadanos, Ignacio Aguado, quien acusó a la presidenta regional, Cristina Cifuentes, de «poner en riesgo» a última hora la aprobación de los presupuestos con su «incapacidad» para controlar a su grupo y llamar a los diputados a votar. La formación naranja apoyó el pasado febrero las cuentas regionales tras acordar con el Ejecutivo de Cifuentes el proyecto que se sometió ayer al dictamen de la Asamblea. Cs ha mantenido el apoyo al PP pese a que recientemente se ha destapado en la «operación Lezo» una supuesta trama de corrupción que implica al ex presidente de la Comunidad, Ignacio González.

De hecho, las acusaciones entre un lado y otro del hemiciclo a cuenta de este caso y también de la negativa de la formación naranja a apoyar una moción de censura al Gobierno del PP –con quien pactaron un pacto de investidura–, a iniciativa de PSOE y Podemos, encendieron los ánimos durante los últimos debates hasta el punto de desatarse una verdadera «guerra» por los turnos de alusiones que varios diputados solicitaron a la presidenta de la Asamblea, Paloma Adrados.

La tensión saltó cuando el portavoz de Ciudadanos cargó contra el PSOE al afirmar que la moción de censura que promueven es para hacer vicepresidente de la Comunidad de Madrid al diputado de Podemos Ramón Espinar. Éste pidió la palabra por alusiones y Adrados se la negó, al considerar que había sido mencionado y no aludido. A continuación, el diputado popular Álvaro Ballarín espetó a los socialistas que la formación morada «vienen a por ustedes, no se engañen», lo que provocó que el diputado del PSOE, José Manuel Franco, reclamase la palabra por las «graves alusiones».

El enfrentamiento llegó a su momento álgido cuando se escucharon gritos de «cobarde» desde la bancada popular contra el diputado de Podemos, Eduardo Gutiérrez, que acusó al partido de «corrupto» y contestó a la algarada que prefería ser «un macarra que un canalla». Al respecto, el portavoz del PP pidió que se retiraran del acta los insultos contra su grupo parlamentario. «Todo el pleno han sido puras mentiras sobre el PP, el Gobierno y la presidenta. Ha sido un cúmulo de despropósitos, insultos y pedimos que se retiren del acta», reclamó Ossorio, quien calificó de «sinvergüenzas» a quienes les habían insultado.

Con todo, tras la tensión de la primera parte y un receso de algo más de una hora, finalmente el pleno terminó con un momento divertido durante la tediosa votación de las enmiendas, agrupadas por áreas. Durante el «canto» de las votaciones, hubo un momento que, al igual que en el «la, la, la» con el que Massiel ganó Eurovisión, la presidenta de la Asamblea tuvo que pronunciar varios «a» seguidos correspondientes a las enmiendas de uno de los últimos bloques que desataron las risas de la hemiciclo, que aplaudió al término de la narración de Adrados. Gracias a la mayoría de PP y Ciudadanos, por un voto de diferencia, se aprobó el presupuesto de 2017 por un montante de 18.538 millones de euros tras cinco meses de prórroga de las cuentas de 2016.