Arte, Cultura y Espectáculos

Claudia Schiffer (también) es un hombre

El artista Pachi Santiago reflexiona sobre la fusión artista-musa en una exposición sobre la modelo.

Una de las obras del artista Pachi Santiago, en la que éste se sumerge en el universo Schiffer
Una de las obras del artista Pachi Santiago, en la que éste se sumerge en el universo Schifferlarazon

El artista Pachi Santiago reflexiona sobre la fusión artista-musa en una exposición sobre la modelo.

Para un artista, meterse en el cuerpo y alma de su musa no es tarea sencilla. Una cosa es que sirva de inspiración y otra muy distinta adentrarse en su mundo, habitar en su físico y su mente y obtener un resultado digno de exponer al público. Hay quien lo consigue. Es el caso del artista Pachi Santiago, que presenta una curiosa exposición bajo el título «Copying Claudia» en la Galería Cero de Madrid, fruto de cinco años de trabajo mirando cara a cara a la modelo Claudia Schiffer. «No ha sido sencillo exhibirme de esta manera ante los ojos de todos. Es un proyecto muy íntimo», asegura el artista, que, aprovechando ciertas semejanzas físicas con la «top model», ha reproducido algunas de sus portadas y campañas publicitarias más populares metiéndose en su piel.

Aunque fue hace un lustro cuando se puso manos a la obra, la influencia de la alemana lleva en su vida desde la adolescencia. En sus carpetas no faltaban imágenes de la «top», instantáneas que ahora reproduce a modo de collage o simbiosis artística. «Ahora he querido hacer lo mismo conmigo pegándome y recortándome con ella sobre libretas donde se vea la textura y el desgarro de la imagen. Las libretas y los libros sirven para crear y contar historias, y en este proyecto son miles las historias que vivo en esta ilusión óptica junto a mi musa», explica Santiago. Así, el artista viaja de la mano de la modelo a los diferentes escenarios que ella ha pisado a lo largo de su vida y que plasma en las más de 100 fotografías y vídeos que conforman la exposición.

No es sólo llamativa la transformación física del autor de la muestra –en ocasiones cuesta realmente distinguir quién es la auténtica Claudia y cuál la copia–, sino que las fotografías que expone guardan una exactitud de texturas e iluminación impresionante. «No he querido hacer un ejercicio de transformismo, sino ser yo y no serlo al mismo tiempo. Para mí, la ambigüedad y el misterio residen más en ese punto intermedio. Si no el proyecto se hubiera convertido en un ejercicio estético de parecidos», argumenta.

«Copying Claudia» ya ha visitado Nueva York, Berlín, Uruguay, Monterrey, México DF y ahora atraca en Madrid hasta finales de octubre. Una buena oportunidad para disfrutar de una muestra artística diferente en la que este poeta de la fotografía plantea un interesante debate entre la relación –ficticia o real– que se establece en toda obra entre el maestro y su musa.