Barcelona

Desalojo y derribo de La Traba por sorpresa

Los okupas denuncian que el lanzamiento no les ha sido notificado por el juzgado

A diferencia del intento del pasado 22 de julio, esta vez la comisión judicial ejecutó el lanzamiento acompañada de un importante despliegue policial con un subgrupo de agentes de la UIP
A diferencia del intento del pasado 22 de julio, esta vez la comisión judicial ejecutó el lanzamiento acompañada de un importante despliegue policial con un subgrupo de agentes de la UIPlarazon

El efecto Can Vies estaba ayer más presente que nunca en lo que quedaba del Centro Social Okupado (C. S. O.) La Traba. Un derribo sin previo aviso –según los okupas– sólo ha alimentado las ganas de imitar lo sucedido en la famosa okupa de Barcelona y volver a levantarla entre todos. Ésa era la intención de algunos simpatizantes ayer en Batalla de Belchite, 17, aunque posiblemente se diluya o se transforme hacia otra iniciativa en las próximas horas. A eso de las once de la mañana, la comisión judicial se presentó en el inmueble para proceder al desalojo del mismo, ordenado por el Juzgado de Primera Instancia número 31 de la capital tras la denuncia del propietario, la inmobiliaria Aiser S. A. La comisión judicial, esta vez, iba acompañada de un amplio dispositivo policial compuesto por agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP). Los agentes de la Policía Municipal, por su parte, se han encargado de controlar el tráfico durante las posteriores labores de derribo por parte del Ayuntamiento de Madrid.

La Policía bloqueó primero los extremos de la calle con furgones de la UIP y entraron con la orden judicial al interior de la okupa de Arganzuela. El desalojo se produjo sin incidentes y apenas había media docena de personas en su interior, según fuentes policiales, a quienes se les ha filiado. En ese momento comenzaron a lanzar mensajes de «socorro» a través de las redes sociales para pedir refuerzos a los simpatizantes y tratar de frenar los que parecía inminente: una excavadora del Ayuntamiento ya estaba preparada para tirar abajo el centro social okupado desde hace siete años. Los okupas se quejaron de que el lanzamiento no había sido notificado, que se ha producido «con "agostidad"» y que ni siquiera les han permitido recoger sus pertenencias.

Una vez ejecutado el lanzamiento dictado por el juez, la «garra» de la excavadora ha comenzado a destrozar el inmueble, famoso por albergar el mayor centro «indoor» de BMX en España, donde acudían a practicar con sus bicis muchos jóvenes del barrio y expertos en la modalidad deportiva.

En apenas una hora, todo se convirtió en una montaña de escombros y los simpatizantes ya planeaban acciones al grito de «un desalojo, otra okupación». A las 20:30 horas de ayer, okupas, vecinos del barrio a favor de la existencia del centro y otros simpatizantes del movimiento se concentraron frente a lo que quedaba de él. Varias asociaciones vecinales y la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (Fravm) habían pedido paralizar el desalojo hasta que se hallase «un espacio alternativo» en el que dar continuidad a las actividades de La Traba.

Pero el derribo del edificio finalmente se ha llevado a cabo después de la «intentona» del pasado 22 de julio, cuando el lanzamiento tuvo que ser suspendido. Esta vez los okupas sí tenían constancia de la «visita» de la comisión judicial y se habían preparado. Desde las 8:00 horas estaban preparados y para cuando llegaron con la orden del juzgado unas 300 personas en las inmediaciones obligaron a suspender el mismo. Y es que sólo había acudido una patrulla de la Policía Municipal, por lo que, para preservar la seguridad de todos, se decidió que lo mejor sería no ejecutar el lanzamiento en ese momento. Lo que no sabían los okupas es que iban a volver en menos de un mes. Y, esta vez, no sólo se ha desalojado el inmueble, sino que, como medida preventiva para evitar una nueva okupación, se ha procedido a la demolición del inmueble, una medida muy extendida en los últimos meses por parte de propietarios de inmuebles okupados.

Ocurrió el pasado mes de junio en Alcorcón en dos ocasiones.

El detalle

Siete años de «acciones»

Fue el 14 de abril de 2007 cuando varios miembros de otras casas okupas decidieron irrumpir en el inmueble del número 17 de Batalla de Belchite, dos naves adosadas propiedad de la inmobiliaria Aiser S. A. Primero sirvió para planear «acciones» de protesta contra el asesinato del «antifascista» Carlos Palomino en el metro de Legazpi, pero luego surgieron distintas iniciativas: un estudio de grabación, ciclos de cine, clases de baile, distintos talleres temáticos y, lo más destacado, un «bikepark» para bicis BMX conocido en toda España por ser de los más grandes. Ayer, quedó convertido en escombros.