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Dispara a su mujer con una escopeta de caza en Orcasitas

La orden de alejamiento venció hace un año. La pareja discutió y ella se fue de casa. Al volver, él la esperaba con el arma. Ya está dada de alta.

Equipo del SUMMA desplazado al lugar de los hechos
Equipo del SUMMA desplazado al lugar de los hechoslarazon

La orden de alejamiento venció hace un año. La pareja discutió y ella se fue de casa. Al volver, él la esperaba con el arma. Ya está dada de alta.c

A nadie en Orcasitas sorprendió ayer que David volviera a pegar a Esme. En la pequeña plazuela que se adentra entre el número 27 y el 17 de la calle Gran Avenida, en el distrito de Usera, todo el mundo conocía a esta problemática pareja. «Más de una vez y de dos la he visto con la cara morada, pero ella volvía ¿qué le voy a decir? Ellos sabrán pero muy bien no anda ninguno». Así hablaba ayer una vecina de Esmeralda, de 46 años, la última víctima de violencia de género en la capital. Afortunadamente, ayer recibió el alta hospitalaria y se recupera del disparo en la pierna efectuado por su pareja, de 48 años. Los hechos se iniciaron a eso de las 10:15 horas. Según fuentes de la investigación, la pareja tuvo una discusión y ella abandonó el domicilio que compartían en el tercer piso. Poco después regresó y él la estaba esperando, sentado en el sofá de casa con la escopeta en la mano. En esos momentos, según las mismas fuentes, ella trató de arrebatársela y, en ese forcejeo, se produjo el disparo, que le dio en el gemelo izquierdo. Eran ya las 10:52 horas de la mañana y un vecino, alertado por el ruido, dio la voz de alerta. Enseguida llegaron los efectivos del Summa, que la encontraron en el portal del edificio. La llevaron al Hospital 12 de Octubre, donde ingresó con pronóstico reservado; por la tarde recibió el alta hospitalaria. Mientras, David Fernández, se atrincheraba en el domicilio de los hechos y se negaba a salir. La Jefatura Superior de Policía organizó un gran despliegue al desconocerse si dispondría de más armas. Después de casi una hora hablando con él, abrió la puerta al negociador de la Policía Nacional, acompañado de un equipo de los Dipositivos Especiales (Depas) del Samur. La negociación fue complicada porque estaba drogado pero consiguieron que desistiera en su actitud al hablarle de sus hijos, según fuentes policiales. Finalmente, salió de su casa a las 13:40 horas con una chaqueta verde.

Según fuentes policiales, David tenía una orden de alejamiento de su pareja que había vencido a principios de 2016, por lo que ya había sido denunciado por malos tratos. También tiene numerosos antecedentes por delincuencia común.