Ayuntamiento de Madrid

«Efecto Carmena»: Espantada en el Centro

El estreno del cierre navideño de Gran Vía, Mayor y Atocha vació calzadas y aceras. Ni atascos ni aglomeraciones. La Policía sólo hizo un simulacro del sentido único para peatones en Preciados y Carmen por falta de afluencia

No hubo apenas atascos ni en Alcalá ni en Princesa, donde la Policía y los agentes de Movilidad colocaron las vallas para evitar el acceso a los no residentes
No hubo apenas atascos ni en Alcalá ni en Princesa, donde la Policía y los agentes de Movilidad colocaron las vallas para evitar el acceso a los no residenteslarazon

El estreno del cierre navideño de Gran Vía, Mayor y Atocha vació calzadas y aceras. Ni atascos ni aglomeraciones. La Policía no activó el sentido único para Preciados y Carmen por falta de afluencia.

Cinco en punto de la tarde. Por segundo año consecutivo y con las fiestas a la vuelta de la esquina, la Gran Vía se cerró ayer al tráfico de los turismos privados para dejar más espacio a los esperados peatones que cada año por estas fechas colapsan el centro. La de ayer fue la primera de un total de 28 jornadas en las que los vehículos de los no residentes tendrán prohibido atravesar esta arteria que conecta el este y el oeste de la capital.

Las vallas estuvieron listas a la hora prevista tanto en la intersección con Alcalá como en el extremo con Plaza de España y los agentes municipales se prepararon para pedir las acreditaciones necesarias (DNI o papel que demuestre que se es residente en el centro). Sin embargo, en esta ocasión, a diferencia de lo que sucedió la pasada navidad, no hubo caos ni atascos kilométricos. El flujo de vehículos no cesó, pero los conductores escarmentados por lo sucedido en la Navidad de 2016 esperaban en fila con sus acreditaciones listas. Menos atascos que cualquier viernes; sólo alguna retención a última hora de la tarde y más en la zona de Princesa que en la de Alcalá. «Está cortada», repitieron una y otra vez los agentes mientras interrumpían con un gesto las intenciones de algún que otro despistado o «avispado» que intentaba colarse colocándose en el carril habilitado para taxistas y transporte público. También estaban los que intentaban pasar a base de insistir: «Tengo que dejar a mi abuela en casa y no puedo probar que vive aquí» o «No llevo GPS, si me mandas por otro sitio me pierdo», o «me voy a meter en la primera calle a la derecha, son solo unos metros», fueron algunas de los argumentos que utilizaron para intentar convencer a los agentes que de poco les sirvieron porque todos ellos tenían que dar la vuelta.

Y es que todo el que quiera pasar estos días por Gran Vía, Mayor o la calle Atocha debe acreditarse ante los agentes de Policía Municipal, dedicados desde ayer al control de accesos. Como se trata de una medida provisional –28 jornadas de la Navidad–, el Ayuntamiento no ha puesto en marcha las cámaras que, a partir de la primavera-verano de 2018, cuando todo el centro quede cerrado a los no residentes, se encargarán de multar a las matrículas que no estén en el registro de «residentes», tal y como se hace en la actualidad en las Áreas de Prioridad Residencial (APR) de Las Letras, Embajadores y Ópera, que el año que viene se unirán en la conocida como la «gran APR de Centro».

En el límite con Princesa, la Policía Municipal y los agentes de Movilidad reorganizaron el tráfico por los extremos de Plaza de España. Fue aquí donde se produjeron las mayores retenciones. Los conductores que entraban en Madrid desde la A5 fueron desviados por la calle Princesa, lo que sin duda ralentizó el tránsito hasta el túnel de la avenida de Portugal. En el sentido contrario, el cierre de dos carriles en la parte norte de Plaza de España desconcertó a más de uno, que se vio en medio de un atasco que no esperaba un viernes a última hora de la tarde.

En las aceras la misma realidad. Los carriles extra (uno en cada sentido) habilitados por el Ayuntamiento para los peatones: vacíos. El año pasado se pensó que el motivo por el cual quedaban desiertos se debía a que las vallas que marcaban la nueva distribución del tráfico eran muy endebles. Para esta ocasión el Ayuntamiento ha colocado vallas estilo «New Jersey» con las que se esperaba que dieran más sensación de seguridad porque son de hormigón y así de paso mejorar la imagen de la calle (que en 2016 parecía estar en obras). Sin embargo, al menos ayer, en su gran estreno, los 5.400 metros cuadrados ganados para los viandantes apenas fueron transitados. Los transeúntes preferían las aceras de toda la vida. «Yo creo que hasta que no haya un grupo de valientes que empiece a utilizarlos, la gente va a seguir por el camino de siempre», afirmaba Sergio Fernández, un turista de Badajoz, que paseaba junto a un grupo de amigos.

Quizás fue el frío o el recelo provocado por las nuevas medidas de reordenación del tráfico (hasta de los peatones) para evitar aglomeraciones lo que provocó una espantada inesperada. La imagen de Preciados o de la Puerta del Sol en las que no cabe un alfiler por la afluencia de personas que cada año se repite desde el encendido de las luces de Navidad y los primeros mercadillos no llegó.

Normalidad en Metro

La Policía Municipal de Madrid no tuvo que activar el novedoso dispositivo que iba a establecer un sentido único para las calles peatonales de Preciados y Carmen, pero llevó a cabo un simulacro ya entrada la noche. Aunque para hoy se espera más afluencia y que se estrene el «pastoreo del rebaño» en Preciados y El Carmen, tal y como bromeó ayer uno de los policías municipales, ayer tampoco se tuvo que acotar el aforo en la Plaza de Celenque ni se restringió el paso en las bocas de Metro de Sol.

Tampoco los parking colgaron el cartel de completo. De hecho, uno de los responsables del aparcamiento situado a escasos minutos de la estación de Metro de Sevilla aseguró que el pasado año ya vivieron esta situación, y achacó esta circunstancia a que algunos agentes afirman que los aparcamientos están llenos para evitar que los conductores utilicen el argumento de que van a aparcar en un parking (está permitido el paso en ese caso) para cruzar la Gran Vía, la calle Mayor o Atocha.