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La fatiga de los materiales causó el derrumbe de Tetuán

Una reforma, en 1958, provocó la sobrecarga de la estructura del edificio

Imagen del edificio derrumbado en el madrileño barrio de Tetuán
Imagen del edificio derrumbado en el madrileño barrio de Tetuánlarazon

Día tres tras el derrumbe del edificio de la calle Amalia 1 en el barrio de Tetuán. El departamento de Control de Edificaciones del Ayuntamiento de Madrid hizo público ayer el informe técnico en el que se descarta la retirada de un muro de carga como causa principal del derrumbe del pasado martes por la noche y se apunta, sin embargo, a que fue la fatiga de los materiales el motivo del desplome. En 1958 se retiró, con licencia de obras, dicho elemento de la fachada de la calle Bravo Murillo para ampliar el escaparate del local de la planta baja, acto que pudo «reducir la vida útil» del resto de la estructura y, por lo tanto, forzar la caída del edificio, según el documento municipal. El informe puntualiza que ese mismo año se elevó, también bajo licencia de obras, «una planta más a la altura del inmueble». Además, según un informe registrado en 1985, bajo los escombros, aún no retirados de la zona siniestrada, podría existir un sótano.

El informe confirma que el siniestro sucedió mediante dos derrumbes ocurridos en un corto periodo de tiempo. Según el oficial de Bomberos, el primer derrumbe se produjo después de que pudiesen ver las grietas que presentaba el edificio, por lo que pudieron reconocer cuál era el estado de la «mocheta reventada» antes de su hundimiento. El segundo derrumbe ocurrió en aproximadamente media hora y a raíz del mismo los tabiques de la crujía de la primera planta quedaron colgados sin apoyo y se originó una grieta que alcanzó el segundo piso.

En el plano técnico, ayer finalizaron las labores de demolición parcial del edificio, llevadas a cabo por técnicos municipales, con el fin de evitar otro colapso. Según el informe, «aún quedan diversas labores para asegurar el edificio, como la retirada total de escombros, el cerramiento exterior y la instalación de una protección vertical de la cubierta y la zona limítrofe a la demolición».

Los inspectores del Ayuntamiento de Madrid confirmaron ayer que las viviendas de la letra C, que no llegaron a derrumbarse, «técnicamente» podrán ser habitables de nuevo cuando finalice la obra para asegurar la estructura. «Lamentablemente» los pisos A y B, así como el local del bajo, no podrán ser recuperados, asegura este texto.

Los operarios retiraron ayer los últimos escombros del edificio dando un parón «por el momento» al derribo de una de las fachadas que aún permanece en pie «hasta la vista de los técnicos del Ayuntamiento». Con los problemas urbanísticos encarrilados aún queda por solucionar el plano humano. Durante los próximos días y una vez asegurada la zona, las 43 personas afectadas de la calle Amalia 1 podrán acceder al lugar para recuperar las pertenencias que, hasta el momento, no han podido retirar. Mientras tanto, 37 de los 43 inquilinos permanecen en el NH de Príncipe de Vergara, dónde a lo largo del día de hoy se reunirán con los propietarios del edificio con el fin de establecer alguna alternativa. Los otros seis afectados están alojados en casas de sus familiares y acudirán también al hotel para conocer las últimas novedades. A partir de lo que decidan los propietarios, el Ayuntamiento estudiará los siguientes pasos a dar. Fuentes municipales aseguraron ayer a este periódico que están llevando a cabo «entrevistas» a los afectados para conocer «su situación socio-económica» y que en función de lo que se precise en cada caso, se tomará una solución u otra. En cualquier caso, dicen, tendrán aún que esperar a la decisión que tomen los propietarios junto a la aseguradora del inmueble siniestrado.

Los vecinos de Madrid pidieron ayer que «se mejoren las inspecciones de los edificios de la capital». Tras el reciente derrumbe de los dos bloques, Carabanchel y Tetuán en menos de dos semanas, varios vecinos no comprenden «como se pueden caer dos edificios cuando ambos han pasado recientemente las Inspecciones Técnicas requeridas» y han mostrado su desconfianza ante estas revisiones que lleva a cabo actualmente el Ayuntamiento.

El consistorio está preparando un «plan de regeneración de zonas vulnerables» con el que podrán identificar los edificios que puedan necesitar una inspección a fondo y «analizar los posibles riesgos». También está estudiando qué elementos de la Inspección Técnica de Edificios son «susceptibles de mejora».