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«Quitaron la columna y todo se vino abajo»

Los vecinos aseguran que durante la reforma del local los técnicos no permitieron quitar ningún pilar, sin embargo, lo hicieron, según los bomberos Después, en 2013, pasó la ITE

Una grúa junto al edificio semiderruido situado en la confluencia de las calles Bravo Murillo y Amalia, en el distrito de Tetuán
Una grúa junto al edificio semiderruido situado en la confluencia de las calles Bravo Murillo y Amalia, en el distrito de Tetuánlarazon

Los Bomberos del Ayuntamiento apuntan a la retirada de un pilar maestro en el local bajo durante unas obras como posible causa de los daños

Nueva crisis abierta en el Ayuntamiento de Madrid, esta vez a cuenta de edificios en mal estado. En apenas diez días dos inmuebles han quedado reducidos a escombros en Carabanchel y Tetuán, con la consiguiente preocupación para sus vecinos, los de los bloques aledaños y el cisma abierto ahora por la fiabilidad sobre las inspecciones que deben pasar los edificios de una cierta antiguedad. Y es que en el caso del inmueble evacuado la noche del martes en el número 1 de la calle Amalia para su posterior demolición pasó en diciembre de 2013 (hace sólo 20 meses) su última Inspección Técnica de Edificios (ITE). La sorpresa de los vecinos –que ya habían advertido hace tiempo el abombamiento de algunas paredes del edificio– fue mayúscula al ver cómo tiraban abajo parte del inmueble que habían desalojado de urgencia a primera hora de la tarde. Se trata de 12 familias afectadas: 43 personas, de las que 39 necesitaron alojamiento y cuatro se fueron con familiares. Sus caras ayer por la mañana al ver parte de sus viviendas al desnudo, partidas literalmente por la mitad, lo decían todo. Los vecinos de las letras A y B del edificio lo han perdido todo. Los del C pudieron subir a recoger algunas pertenencias pero aún no se sabe cuando podrán volver a sus casas. «No informaron de que iban a demoler el piso, no lo esperábamos», comentó Fernanda, residente del 2º B.

Durante la visita de la alcaldesa Manuela Carmena al lugar de los hechos la tarde del martes, el Samur Social estuvo hablando con los vecinos, tomando sus datos, repartiendo mantas, comida, pañales... todo lo que le pidieran a la alcaldesa en ese momento se proporcionó a los afectados, pero «en el día de hoy ya no están, nos toman datos y hasta ahí», explicó Emma Reinoso en declaraciones a Antena 3.

Mientras, técnicos del Ayuntamiento se centraron en dar alojamientos para cada familia de forma personalizada y comenzaron los análisis para saber qué falló en la revisión de este inmueble. Roberto Moreira, jefe de guardia del equipo de Bomberos apuntó a que la eliminación de un pilar maestro o «machón» de la fachada durante una obra de remodelación pudo haber sido el origen de las grietas y causante posterior del colapso de la fachada del edificio. Una vecina ayer confirmaba esta teoría. Preguntada por las obras en el local del bajo del inmueble aseguró que los técnicos habían hecho una inspección marcando los pilares necesarios pero, posteriormente, los encargados de la obra «quitaron las columnas y se vino todo abajo».

A diferencia del inmueble que se derrumbó en Carabanchel, en este de la calle Amalia, todos los vecinos estaban de alquiler y hay un único propietario, lo que se llama régimen de propiedad vertical. «Aquí el planteamiento es distinto a Carabanchel, donde el papel de mediación del Ayuntamiento con las asegurados podía tener algún sentido», explicó ayer el responsable de Desarrollo Sostenible en funciones, Carlos Sánchez Matos, que puntualizó que en esta ocasión el Consistorio se mantendrá al margen de ese proceso.

Ahora el debate lo centra el hecho de que el edificio afectado, construido durante al segunda década de los años 40 y que aumentó en 1958 su altura, había pasado la última ITE en diciembre de 2013. Según los trabajadores municipales, dicha inspección no recogió dos incidencias importantes y a pesar de ello el arquitecto encargado la calificó como «favorable». A pesar de que los vecinos advirtieron del abombamiento de algunas paredes del edificio.

Solidaridad vecinal con los afectados de Amalia, 1

Desde primera hora de la mañana de ayer la concejala del distrito de Tetuán, Montserrat Galcerán, anunció que abiriría un punto de recogida de alimentos, o productos para bebés en algún centro social del distrito para recibir ayudas y hacérselas llegar a los afectados. En este sentido, la edil de Derechos Sociales, Marta Higueras, aseguró que la prioridad son los afectados, «que ya tienen cubierta sus necesidades básicas, como puede ser medicamentos que necesitaban algunos vecinos».