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El PP de Madrid que yo quiero

la situación es desoladora. el censo por el que se elegirá al presidente del partido será equivalente al de un municipio pequeño.

El PP de Madrid que yo quiero
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la situación es desoladora. el censo por el que se elegirá al presidente del partido será equivalente al de un municipio pequeño.

El Partido Popular que yo quiero no es una marca, un club, una secta ni un trampolín para las ambiciones personales. El PP que yo quiero es un partido político que debería ocupar el enorme espacio político del centro derecha liberal. Un espacio político que ha dado históricas mayorías absolutas a nuestro partido.

El Partido Popular de Madrid se encuentra en una situación desoladora. El censo por el que se dirimirán las primeras primarias de uno de los partidos regionales más importantes será el equivalente al de un municipio pequeño de Madrid con unos pocos miles de votantes. Apenas hay –y es una estimación optimista– once mil afiliados activos en todo Madrid. Bastantes menos que el PSOE, que cuenta con catorce mil militantes. Estamos muy lejos de los noventa y cuatro mil afiliados que se afirman tener. Nuevas Generaciones tiene apenas cuatrocientos afiliados en toda la región. En los buenos tiempos, cuatrocientos jóvenes (y más) militaban en una sola sede.

Hemos desperdiciado un año en recuperar el terreno perdido. Necesitamos urgentemente hacer un diagnóstico y recuperar –mediante acciones concretas y dotadas de recursos– a decenas de miles de afiliados. Pero para ello también es necesario darles un ideario y un proyecto con el que la mayoría se identifiquen.

Yo intento representar el ideario de centro derecha liberal, heredero del humanismo cristiano, que tiene a la persona y sus libertades como eje esencial. Proclamo la subsidiariedad del estado, la reducción del gasto público y de los impuestos y la igualdad, pero de oportunidades. Debemos recuperar los valores y enaltecer el éxito, la voluntad y el sacrificio. Asumo la tolerancia como un valor máximo, pero también afirmo que las políticas de identidad y de género están suficientemente desarrolladas para que las asuma otra fuerza política. Me siento español, católico y monárquico.

Mi proyecto para el partido es muy sencillo: volver a la sociedad. En mis órganos de dirección, al menos la mitad de sus integrantes no tendrán cargos públicos y habrá foros permanentes con empresarios y autónomos. El afiliado tendrá su secretaría y será importante, porque es esencial para recuperar a las decenas de miles de ellos que nos han dado la espalda.

Necesitamos un foro al que acudan los mejores intelectuales del mundo para desarrollar y profundizar en nuestro ideario. El PP de Madrid también tiene que ser una potencia intelectual dentro del centro derecha europeo.

Las nuevas tecnologías estarán en manos de profesionales, que producirán la mejor oferta tecnológica del panorama político español y no la última como reflejan todos los estudios. Sin apostar fuerte en este campo, no hay posibilidad de volver a atraer a la gente joven ni de modernizar la gestión del partido. Tiene que haber un consejo consultivo del que sean miembros todos los que fueron importantes en el PP, como ex-presidentes o alcaldes. Los mayores y los desempleados que lo soliciten deben de estar exentos de cuota y no puede cesarse a nadie ni montar gestoras sin una motivación por escrito.

Habrá primarias por las que se recomendará al comité electoral del partido –cumpliendo así los estatutos– a todos los candidatos y listas. Debe respetarse el derecho a ser reelegidos a aquellos que estén en el gobierno de los distintos municipios. Por supuesto –y no es competencia del PP de Madrid– apoyaremos con todas nuestras energías la candidatura de Cristina Cifuentes para 2019.

Atajaremos la corrupción con un órgano interno que exigirá la mayor celeridad y rigor en sus procedimientos para dilucidar si una imputación merece la suspensión de militancia. Huiremos de los histerismos por imputaciones que luego han resultado infundadas. La no presentación ante este órgano debe de suponer la suspensión de militancia inmediata y los que resulten absueltos deben de ser inmediatamente rehabilitados.

En conclusión, el PP de Madrid que yo quiero es una organización potente e integrada que dará voz a todas las sensibilidades y corrientes ideológicas y no sólo a la actual, que está demasiado identificada con el gobierno regional. Un PP donde vuelvan a llenarse las sedes de gente de espíritu libre e independiente. Un PP donde a nadie le dé miedo firmar un aval o levantar la voz guiado por sus convicciones. Un PP capaz de recuperar las mayorías absolutas que le son naturales.