Tribunal Supremo

El TSJM vuelve a exigir al Ayuntamiento que ascienda a una oficial de Policía

Obliga a explicar por qué no se ha ejecutado todavía una sentencia de noviembre de 2016.

Desde la Policía Municipal critican la diferencia de trato que ejerce el director general del Cuerpo para con los suyos. Este diario ya publicó el sospechoso ascenso de su mano derecha, Paloma Morales
Desde la Policía Municipal critican la diferencia de trato que ejerce el director general del Cuerpo para con los suyos. Este diario ya publicó el sospechoso ascenso de su mano derecha, Paloma Moraleslarazon

Obliga a explicar por qué no se ha ejecutado todavía una sentencia de noviembre de 2016.

Teresa Gil lleva más de cinco meses esperando a que el Ayuntamiento de Madrid ejecute una sentencia firme dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) el 21 de noviembre de 2016 por la que ya debería ser subinspectora de la Policía Municipal de Madrid. Este órgano judicial reconoció el año pasado el derecho de esta oficial a que el Tribunal Calificador –que no aprobó su ascenso a suboficial– «motive adecuadamente la puntuación asignada a doña Teresa en la segunda prueba de la fase de oposición» al no ser «las resoluciones recurridas conformes a derecho». Esta sentencia, no obstante, no se ha llevado a cabo, a pesar de que desde la Dirección General de la Policía, con Andrés Serrano a la cabeza, aseguran que ya emitieron una resolución en este sentido el pasado 31 de enero. Su «orden» no se ha hecho efectiva, un extremo que conocen perfectamente desde el Área de Seguridad. Es más, el TSJM dio un plazo de diez días cuando la sentencia se hizo firme para que el Ayuntamiento explicara qué órgano debía ejecutar la sentencia de Gil. Nadie contestó. Así, el letrado de la Policía solicitó de nuevo la ejecución de sentencia y el mismo órgano judicial ha vuelto ahora a dirigirse al consistorio para que de cuentas de qué se ha estado haciendo durante todos estos meses y ordena por última vez su ejecución. El caso de Teresa Gil choca de forma abrumadora con el de la asesora del director de la Policía. Sus casos son prácticamente calcados; la respuesta, totalmente opuesta. La mano derecha de Serrano, Paloma Morales, opositó en 2014 a la última promoción de 12 plazas de subinspector y suspendió. Recurrió en los tribunales y un juzgado de lo Contencioso le dio la razón. A diferencia del 90 por ciento de los casos, nadie del Ayuntamiento acudió a la vista oral ni recurrió su sentencia, por lo que, con el camino allanado, la Justicia le dio la razón y su jefe, Andrés Serrano, ordenó ejecutar la sentencia. Se hizo de forma inmediata el pasado enero y Morales ya está en prácticas, por lo que se convertirá en la primer mujer policía con ese rango. Ese «honor» debería haber sido para Teresa Gil. Su oposición se remonta a 1994 pero el primer examen no lo hicieron hasta 2004. También la suspendieron (era la única mujer) y su plaza, a pesar de estar su caso en periodo de alegaciones, la sacaron a concurso; otro problema que tendrá que resolver de una vez el consistorio. Ella también recurrió pero, como en todos los casos (menos en el de Morales) el Ayuntamiento envió a un representante al juicio. Teresa perdió, recurrió al TSJM y éste le dio la razón en una sentencia firme del 21 de noviembre del año pasado (anterior a la de Morales) pero sigue esperando a que se haga efectiva, a pesar de ser un órgano judicial superior al de Morales.

Este diario se ha puesto en contacto en numerosas ocasiones con el gabinete de Serrano para obtener, sin éxito, información. En la web municipal creada para desmentir o matizar informaciones de los medios de comunicación, se publicó el pasado martes que no había ninguna diferencia de trato entre las dos mujeres policías porque también se había pedido el cumplimiento de la sentencia de Gil, dando así a entender que ambas estaban en la misma situación. Nada más lejos de la realidad. El Ayuntamiento deberá explicárselo al TSJM esta misma semana.