Violencia callejera

Engrilleta a una mujer en Moratalaz a plena luz del día

Un policía fuera de servicio observó cómo se llevaban a una joven de 21 años de una parada de autobús. Su rápida actuación lo impidió.

Los hechos sucedieron el pasado 13 de marzo en una marquesina de Fuente Carrantona con Hacienda Pavones, muy cerca del complejo policial de Moratalaz
Los hechos sucedieron el pasado 13 de marzo en una marquesina de Fuente Carrantona con Hacienda Pavones, muy cerca del complejo policial de Moratalazlarazon

Un policía fuera de servicio observó cómo se llevaban a una joven de 21 años de una parada de autobús. Su rápida actuación lo impidió.

El extraño suceso que ocurrió el pasado día 13 de marzo en Moratalaz tiene a los agentes de la Policía Nacional en alerta. Sobre todo porque si no llega a ser por el factor suerte y la rápida intervención de un agente que justo acababa de salir de trabajar, estaríamos hablando de un delito más grave y una posible víctima de agresión sexual de tan solo 21 años. Todo comenzó alrededor de las 21:00 horas de la noche del lunes de hace hoy tres semanas en una parada de autobús, en la calle Fuente Carrantona esquina con calle Hacienda de Pavones. Un agente de la Policía Nacional que presta servicio en el complejo policial de Moratalaz salía de trabajar cuando observó cómo un hombre de mediana edad engrilletaba con las manos en la espalda a una joven en las inmediaciones de la citada marquesina.

La intuición policial llevó al agente a sospechar de esa intervención, que no tenía pinta de ser muy profesional, por lo que decidió acercarse a ofrecer su ayuda al supuesto compañero de algún cuerpo policial y ver qué pasaba.

El agente real se identificó como miembro del CNP y el individuo, lejos de amedrentarse, sacó de sus pertenencias una cartera con lo que parecía ser una placa o un carné de la Guardia Civil. Pero lejos de disuadir al policía, ese extraña identificación acabó de confirmar sus sospechas: ese hombre no era ningún policía y acababa de esposar en plena vía pública a una chica visiblemente alterada. Así, decidió llamar a la Sala del 091 y poco después los dos estaban en dependencias policiales de la comisaría de Policía Nacional de Moratalaz.

Allí, la joven, española de 21 años, manifestó que no conocía de nada a ese hombre. Al parecer estaba hablando por teléfono de forma muy acalorada con su pareja y colgó llorando. En esos momentos se le acercó este individuo y le dijo que se tranquilizara, según fuentes policiales. Concretamente le dijo: «Vente conmigo, que te voy a tranquilizar», según aseguró la chica a los agentes. También le dijo que estaba detenida y procedió a ponerle las esposas. Ella, lógicamente, no entendía nada. Su estado de nerviosismo tampoco ayudaba a valorar qué le estaba sucediendo, ya que se sintió bastante confusa al ver que el individuo se identificaba como policía. Pocos segundos después, el agente fuera de servicio se acercó a ellos y todo terminó. No hace falta imaginar mucho para suponer cómo hubiera cambiada la vida de esta joven de no haber aparecido por allí el verdadero agente.

Sin antecedentes

Lo más extraño de toda la historia es que al autor de los hechos, Jeremías de la Ossa, no le consta ningún antecedente, según fuentes policiales. Así, de tener este individuo otras intenciones con la joven a la que pretendía llevarse a la fuerza, podría tratarse de la primera vez que lo hiciera. También puede ser que lo hubiera hecho en otras ocasiones y no se denunciara, o que alguna víctima sí le haya denunciado por hechos similares y la Policía no ha tenido suficientes indicios que le llevaran hasta él. En cualquier caso, su ficha policial estaba «limpia» hasta ahora. Eso sí, el carné de la Guardia Civil que llevaba encima para hacerse pasar por miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado era de la Asociación Internacional de Policías y había sido sustraído hace ya varios años en una localidad de la Costa del Sol, donde se denunció su pérdida o robo. Jeremías fue detenido por un presunto delito de detención ilegal. Afortunadamente, en esta ocasión, todo quedó ahí.